El futuro de Samuel Eto´o en el Barça está más en el aire que nunca, pero está muy cerca de seguir los pasos de Ronaldinho y ser traspasado. El jugador, a quien el Camp Nou dedicó constantes pitos como castigo por la acción de provocar la tarjeta que le impidió jugar en el Bernabéu, es el más cotizado de la plantilla, al margen de Leo Messi. Pero mientras el argentino es intransferible y se erige en el líder del nuevo proyecto, el club tiene intención de escuchar ofertas por el delantero. Eto´o, muy molesto por la reacción del público, también está dispuesto a marcharse.

El fichaje de un goleador es uno de los objetivos prioritarios del Barça, con o sin Eto´o. En esa lista figuran nombres como Benzema, David Villa y Drogba, y otros de segunda línea. El club asume que necesitará una fuerte inversión para cualquiera de estas operaciones.

UN BUEN TRASPASO Eto´o es una de las piezas que aparece en ese tablero de estrellas. La pasada temporada el Barça ya recibió más de una oferta concreta por él, con el Milan en cabeza, algo que no ocurrió con Ronaldinho. La situación actual es idéntica. Eto´o tiene mucho más mercado que el brasileño, tanto en Italia como en Inglaterra, y su cotización es mucho más alta. El Barça estima que su precio no bajaría de los 40 millones de euros. Con contrato hasta el 2010, es el mejor momento para venderle.

A pesar de su buen rendimiento --ha marcado 15 goles en 17 partidos de Liga-- y de haber mantenido una actitud más profesional que algunos de sus compañeros, el Camp Nou también le ha condenado. Por sus palabras --"me iré si no se ganan títulos"-- y por el inequívoco gesto de borrarse del Bernabéu. No ha habido ni memoria ni perdón. Tampoco el delantero pasará por alto esa reacción, tal como ya se intuyó en la rabiosa celebración del gol y las palabras que masculló mirando a la grada.

Eto´o ha perdido la condición de intocable. Tanto desde su entorno como desde el club se ve difícil que, tras los pitos del Camp Nou, se reconduzca la situación. Algo se ha roto entre el Barça y Eto´o. Y parece que la mejor salida para unos y otros es seguir caminos separados.