Tres minutos duró el análisis al 2013 de Sandro Rosell. El presidente del Barça fue directo a los tres ejes en los que vertebró su discurso: insinuar una campaña organizada para erosionar la imagen y el liderazgo del Barça, exponer que el proyecto sobre el Camp Nou implica erigir un nuevo estadio y anunciar la renovación de Andrés Iniesta.

Rosell se hizo eco de "la desvinculación tajante y explícita" expresadas por la Guardia Civil de una investigación al entorno de Leo Messi sobre los partidos amistosos organizados por su fundación. Y aseguró que ofrecería "encantado" a la Audiencia Nacional toda la documentación del fichaje de Neymar, aunque hasta ahora se haya acogido a cláusulas de confidencialidad. Y negó que el Barça haya recibido ayudas oficiales y un posible incumplimiento al no convertirse en sociedad anónima, según un expediente de la Comisión Europea.

"Espero que estos hechos, de golpe, sean fruto de la casualidad y no de una persecución organizada", dijo Rosell, deslizando, sin embargo, que ve una intencionalidad clara en la emisión de esas noticias desde Madrid. "Estos son los hechos, que vienen después de varios años de liderazgo del Barça", añadió.

Para mantener ese liderazgo, la junta considera que debe someter al Camp Nou a una profunda transformación que implicará "la construcción de un nuevo estadio". En el tercer minuto , anunció la continuidad de Iniesta. Luego aclaró que no tenía noticias de que Puyol pudiera retirarse ni del presunto deseo de Tata Martino de marcharse.