Como si se tratase de un cupo obligatorio, el Cáceres 2016 se ha asegurado a un extremeño en su plantilla para la temporada 2010-11. Pero Pablo Movilla (Badajoz, 31-10-1987) no ficha por su lugar de nacimiento, cercano a lo accidental ya que siendo un bebé fue llevado a Málaga, donde ha vivido siempre, sino por sus capacidades. Es joven, con posibilidades, agresivo. Un penetrador con un tiro de rachas y que también puede apretar en defensa. Lo que llamaría, en el lenguaje de Andrés Montes, un jugón que complementará y ofrecerá algo distinto dentro del cuarteto de aleros.

Es muy de la escuela del Unicaja, con cuyo filial, el Clínicas Rincón Axarquía, se ha enfrentado al Cáceres 2016 en las últimas tres temporadas, una en LEB Plata y dos en LEB Oro. En la 2009-10 promedió 6,6 puntos en 20 minutos.

Movilla fue presentado ayer mismo como sorpresa en el campus que organiza el club cacereño en el Colegio San Antonio. Varios de los chicos que participan fueron invitados a fotografiarse con la nueva incorporación tras expresar todos los buenos deseos de rigor. "Esperamos que te sientas como en tu casa", le espetó el presidente, José Manuel Sánchez. "Nos va a dar frescura, sobre todo. Tiene una ética de trabajo fantástica. Queremos jugadores con hambre", añadió su nuevo entrenador, Gustavo Aranzana, que se mostró optimista respecto a la configuración de la plantilla. "Haremos un buen equipo que pueda estar arriba, con menos dinero, pero más inventiva", sentenció.

Cuando le tocó hablar al protagonista, no pareció abrumado ante los elogios, aunque sí preocupado por realzar su condición de extremeño. No hay más que oírle un par de frases para detectar un inequívoco acento malagueño, algo que, pronosticó, "se pasa pronto".

El nieto del alcalde

Eso sí, no puede negarse que alguien de su familia ha sido importante en la historia de Extremadura: su abuelo paterno, Luis Movilla Montero, fue alcalde de Badajoz en la transición democrática, de 1975 a 1982, e incluso tiene una calle con su nombre en la capital pacense.

Preguntado por qué podía aportar, respondió que, a lo largo de su carrera, había sido "muchos tipos de jugador". "Vengo aquí para estar implicado en el equipo, para ser el que el entrenador quiera. Haré lo que me pida y a partir de ese momento intentaré mejorar en todo", explicó, resaltando que, durante muchos años, había "trabajado duro" y que "pelear por la confianza no me da vértigo ninguno, sino más bien ilusión".

Tal es su interés por adaptarse que está hasta dispuesto a colaborar en la posición de base, que, apuntó, no le es extraña al haberla ocupado en categorías inferiores. "Cáceres es un club exigente, pero sé que me van a tratar bien. Mi ciclo en Unicaja ha terminado", concluyó, sin perder la oportunidad de bromear porque casi siempre ha jugado bien en el Multiusos. La última vez logró 17 puntos en 19 minutos. Su fichaje prácticamente descarta la continuidad de Forcada.