Los dos satisfechos. Los dos enfadados. Tanto Pedro Pablo Braojos, entrenador del Cacereño, como Adolfo Muñoz, técnico del Villanovense, pusieron el punto y final al derbi dando por bueno el punto conseguido, aunque con la sensación de haber dejado escapar dos, más por los errores propios que por los aciertos del rival.

"Ha sido un error infantil", repitió en varias ocasiones Braojos, refiriéndose primero al fallo de Gonzalo que le costó un gol en contra a su equipo y después a la expulsión de Pedro. "Me fastidia tener este tipo de errores, hay que ser listos y evitar esas acciones", dijo visiblemente enfadado mientras explicó que el delantero tocó el pecho del defensa rival (le dio un "puñetazo" según el acta del colegiado David Gálvez).

Reconoció que se quedó con la sensación de haber regalado el partido porque jugaron mejor. Y, a pesar del enfado, dijo que está contento con la actitud de su equipo.

Menos irritado estaba Adolfo Muñoz, que elogió la maestría de Santi Villa en el tanto del Cacereño, aunque pensaba que su portero, Javi Muñoz, quizás podía haber hecho algo más. "Creo que al final el resultado ha sido justo", dijo resignado. A pesar de todo, reconoció estár "contento con el trabajo de los jugadores". "A pesar de estar en el comienzo de la liga, había nervios y miedo a perder", dijo el exfutbolista del Cacereño analizando el partido.

Sobre la alineación del Cacereño, reconoció que le "llamó la atención", aunque explicó que "fue más una cuestión de nombres que de esquema". Hubo al menos cuatro cambios notables en el Cacereño. No jugó Tomás, que acababa de ser padre, aunque estaba en el banquillo, donde le acompañaba Alex. Diego y Jaraíz vieron el partido desde la grada. Sobre este último, Adolfo, uno de sus padres deportivos , explicó que antes del encuentro, nada más verle la cara, supo que no iba a jugar. El lateral derecho de Almoharín reconoció que no recordaba la última vez que se había quedado sin jugar por decisión técnica.

No quiso hablar de esos cambios Braojos, que también prefirió guardar silencio sobre la actuación arbitral.

Lorca es el próximo destino del Cacereño, un terreno propicio para iniciar la remontada, porque los de arriban se escapan y por abajo aprietan. Más difícil será para el Villanovense, que recibirá al líder, el Lucena.