El luxemburgués Franck Schleck, del equipo danés CSC, entró en la historia de la prestigiosa clásica holandesa Amstel Gold Race al ser el primer corredor de ese país en inscribir su nombre en el palmarés de ganadores, y al mismo tiempo lograr la victoria más importante en su carrera desde que debutó en la máxima categoría en el 2000.

Schleck aprovechó a la perfección la ocasión de su carrera, como dijo poco después, pues utilizó el marcaje de sus compañeros de fuga y habituales en los podios de las grandes clásicas, el suizo Steffen Wessemann y el holandés Michael Boogerd, que fueron segundo y tercero.

El desarrollo de la carrera fue el esperado, pues el equipo a batir no era otro que el local Rabobank, pero una vez más de su trabajo se beneficiaron otros, y sus líderes, el español tres veces campeón del mundo Oscar Freire, y los holandeses Michael Boogerd y Erik Dekker lo intentaron pero sin éxito. El mejor español fue Miguel Martín Perdiguero, que acabó séptimo, mientras que Freire fue decimoquinto y no tuvo opción cuando la carrera se rompió.