Con la promesa de responder a la exigencia de Ramón Calderón de "alcanzar la excelencia en el juego", Bernd Schuster (Ludwigshafen, 22-12-1959), el segundo entrenador alemán en la historia del Madrid tras Jupp Heynckes, volvió ayer a la que fue su casa desde 1988 a 1990. Después de pagar al Getafe los 480.000 euros de su cláusula, el nuevo entrenador fue presentado por el presidente del club blanco. Como es habitual en todos los fichajes, Calderón dio la bienvenida al nuevo técnico en su idioma natal. Previamente, Schuster firmó un contrato por tres temporadas.

Vestido con traje y camisa azul y sin corbata. Algo tenso durante su presentación y mucho más suelto luego ante los periodistas, Schuster cumplió ayer el sueño de su vida. Después de dirigir al Colonia, Xerez, Shaktar Donetz, Levante y Getafe, el alemán se ve suficientemente preparado para asumir el reto que tiene por delante. En su puesta de largo, mostró su deseo de alejarse del modelo de juego que mostró el Madrid la pasada temporada.

ELOGIOS A CAPELLO Eso no evitó que Schuster elogiara la labor de Capello por quedar campeón. "Ha conseguido algo importante. El título de Liga me ha venido bien a mí porque esos años en blanco habían creado tensión y nervios, que ahora han desaparecido. La Liga le ha dado tranquilidad al club, a los jugadores y a mí. Es más fácil comenzar con un título a las espaldas, aunque sé dónde me he metido", declaró Schuster, que tendrá como ayudante a Manuel Ruiz, su segundo en el Getafe, club que ha confirmado el fichaje de Laudrup.

Su condición de socio del Barcelona y saber si lo seguirá siendo fue una de las preguntas que menos se hizo esperar. Schuster no le dio mayor importancia, aunque no desveló si tiene pensado darse de baja. "Jugué en el Barcelona unos años y pasaron cosas importantes en mi vida. Ahora miro hacia delante. Siempre he sido socio de todos los equipos por los que he pasado", dijo el exentrenador del Getafe.

Tampoco quiso profundizar demasiado en el estilo futbolístico que quiere implantar en su nuevo equipo. Su idea es jugar bien al fútbol a través de la calidad de los jugadores. "Los futbolistas tienen que pensar en hacer feliz al público", manifestó Schuster. El alemán es partidario de dar libertad a los jugadores, "algo que es más importante que un sistema". Luego precisó que le gusta jugar con un pivote que haga jugar y apoye a la delantera y otro más defensivo.

No dudó en enviar un aviso a la plantilla cuando se le interrogó sobre un tema latente desde la llegada de Capello. El italiano habló de recuperar el espíritu de la camiseta, algo que, según el extécnico, solo se logró a final de temporada. "Un equipo necesita compañerismo, que uno pelee por el otro. A veces los jugadores lo olvidan y un golpe viene bien", dijo Schuster.

LOS NOMBRES DE SIEMPRE A la hora de hablar de nombres propios, el primero en aparecer fue el de Kaká, "un sueño" para Schuster. Para el segundo, Raúl, también tuvo elogios, aunque empleó el pasado. "Lo ha dado todo", dijo el entrenador alemán, antes de ensalzar al siete blanco. "Sabemos que es un símbolo. Es un jugador muy importante que tiene que echarme un cable con el vestuario. En mi esquema y en mis ideas será un jugador importante", dijo.

Más rotunda fue su definición sobre Cesc, el jugador del Arsenal, del que apuntó claramente que "es uno de los pocos que puede llevar un equipo de la categoría del suyo a la espalda".