Después de una carrera al límite durante 57 vueltas, de un duelo entre dos maestros, sería injusto afirmar que el español Fernando Alonso (Renault R-26) ganó a Michael Schumacher (Ferrari 248) en el segundo repostaje. Pero para vencer al heptacampeón en Sakhir, el asturiano y Renault se vieron obligados a completar una carrera perfecta, incluida una buena estrategia y unas impecables paradas en boxes.

"Presiónale a fondo hasta el pit-stop", le dijo a Fernando Alonso por radio su ingeniero Rod Nelson. Se trataba de la segunda parada, la única ocasión para poder rebasar al alemán. Alonso cruzó entonces la barrera de un segundo de diferencia que mantenía con el Ferrari.

Con coches tan iguales es imposible adelantarse entre dos buenos pilotos, así que es mejor dejar una distancia de seguridad para no entrar en lo que en F-1 se denomina aire sucio, es decir, la aspiración del coche que va delante, una especie de burbuja que impide una buena refrigeración del motor. "El GP lo ganó el equipo", dice el campeón del mundo.

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La táctica de Renault era rebasar a Schumacher en el segundo repostaje en base a una cuestión: cargado con más gasolina desde el principio, Alonso entraría cuatro vueltas después en su taller, por lo que tendría que repostar menos gasolina y, por lo tanto, emplearía menos tiempo de parada. Según la telemetría de Renault, el consumo en Bahrain, donde el motor gira a tope de revoluciones el 70% del tiempo, es de 2,50 kilos de gasolina por vuelta, así que Alonso cargó 10 kilos menos en su depósito que Schumacher en su última parada.

Precisamente es la carga de gasolina la que delimita el tiempo en el pit-stop. En una maniobra perfecta, cuando los mecánicos han sustituido las cuatro ruedas, la manguera aún sigue inyectando gasolina por espacio de dos, tres o cuatro segundos más, según la carga que se meta en el depósito.

La FIA establece por reglamento que la manguera puede verter gasolina al depósito con una velocidad máxima de 12 litros por segundo, que obviamente todos los equipos apuran al máximo. Si Alonso cargó 10 kilos menos y la manguera expulsa 12 litros por segundo --la conversión de la gasolina (con menos densidad que el agua) de F-1 es de 1,2 litros por cada kilo, 10 kilos, son 12 litros y a 12 litros por segundo--, el tiempo de repostaje debería ser exactamente de un segundo menos.

Y esa fue precisamente la diferencia, ni una décima más, ni una menos. Schumacher empleó 8,7 segundos y Alonso 7,7. "Si un piloto para 20 centímetros más atrás o más adelante retrasa dos o tres segundos la operación porque los mecánicos tienen que mover sus herramientas, las ruedas, la manguera...", explica Pat Symonds, jefe de ingeniería de Renault. Y no es fácil. El reglamento limita la velocidad en el pit-lane, la calle de boxes, a 60 kms/h durante los ensayos y a 100 kms/h en la carrera los pilotos intentan aprovecharla al máximo.