Las estrictas medidas de seguridad desplegadas por la policía redujeron al máximo los incidentes en las afueras del Camp Nou antes del inicio del clásico de la Liga entre el Barcelona y el Real Madrid, pese a que una manifestación de los Boixos Nois puso una nota especial de tensión en las calles.

La peña de aficionados radicales del Barcelona convocó una manifestación por el exterior del Camp Nou para protestar contra la represión que, a su juicio, sufren por parte de la Junta Directiva que preside Joan Laporta.

Los miembros de los Boixos se concentraron en los bares en que se congregan habitualmente e intentaron acercarse primero a la puerta por la que debía acceder el autocar que transportaba el Real Madrid, pero un cordón policial les retuvo a una distancia de unos cincuenta metros. Pese a ello, en una de las calles adyacentes, el autocar recibió el impacto de un par de piedras y algunos huevos, aunque prosiguió su marcha, escoltado por varios furgones policiales.

Marcha protesta

Posteriormente, los aficionados radicales iniciaron su manifestación, dando una vuelta completa al Camp Nou.

El grupo inicialmente más numeroso al sumarse numerosos aficionados y curiosos, acabó reducido durante el trayecto a unas doscientas personas, escoltadas en todo momento por agentes a pie y una decena de furgones policiales, lo que les disuadió de protagonizar incidentes. La manifestación era encabezada por una pancarta en la que se leía "Al utilizar la represión, nos ha dado la razón. Ni olvidamos, ni perdonamos".Durante el trayecto de los manifestantes pudieron oirse constantes consignas en contra del presidente Laporta, especialmente el grito de

"Bar§a sí, Laporta no".