La selección de Serbia y Montenegro, que disputa por última vez unida un Mundial, buscará hoy la venganza frente a Holanda, que le ha derrotado en las dos últimas grandes ocasiones en que se han enfrentado.

Aunque son pocos los jugadores que sufrieron los dos reveses ante Holanda (2-1 en Francia 1998 y 6-1 en el Europeo 2000), todos están convencidos de que los papeles están cambiados y son ellos, ahora, los mejores.

"Tenemos muy buenas sensaciones. En la fase de clasificación hemos crecido mentalmente y el resultado es que hoy por hoy no tenemos miedo a nadie. Tenemos un grupo muy compacto, los jugadores de gran calidad, con mucha experiencia y podemos jugar con todos y ganar a todos. Claro, no puedo garantizar que ganaremos pero quien quiera vencernos tendrá que sudar mucho", declaró Dejan Stankovic. El seleccionador, Ilija Petkovic, todavía duda sobre el equipo. La baja de Nemanja Vidic causa dolor de cabeza al técnico, que no sabe a quien poner como lateral derecho. Ante Uruguay, en el amistoso del sábado pasado (1-1) en esta posición jugó el centrocampista Igor Duljaj, pero parece que ahora está pensando en Nenad Djordjevic, un defensa puro, para poner la pareja Igor Duljaj-Albert Nadj por delante de la última línea defensiva.

ILUSION Ocho años después, Holanda vuelve al Mundial de la mano de Marco van Basten, que ha dado la alternativa a un grupo de jóvenes jugadores que han devuelto la ilusión por la selección orange a un país que vive de los recuerdos. En dos años, Van Basten ha tenido que rehacer buena parte del equipo. Sin el concurso de ilustres veteranos, algunos por decisión técnica y en otros casos por los propios jugadores, el ex delantero del Ajax y el Milán lo vio claro desde el primer momento y en la fase de clasificación se cumplieron las expectativas.