La convocatoria del seleccionador nacional de fútbol, Luis Aragonés, para la Eurocopa de Austria y Suiza ha deparado como novedad de la presencia del zaragocista Sergio García, jugador que desde su llegada al club maño ha sufrido una profunda metamorfosis en su forma de jugar.El jugador catalán llegó a al Real Zaragoza hace tres temporadas, y después de haber debutado con éxito en Primera División una antes con el Levante, donde jugó como delantero centro nato. Además de sus goles, en el conjunto valenciano destacaba por su gran afición a los cambios de imagen capilar, que le hacían un jugador fácilmente reconocible desde la grada, algo que continuó en la capital maña pero que ya ha abandonado desde que encontró en una coleta el que parece haber sido su talismán.

El conjunto maño necesitaba un delantero para cubrir la marcha de Luciano Martín Galletti al Atlético de Madrid y, pensando un poco más allá, para ocupar el puesto de un David Villa que era apetecido por los grandes y que irremediablemente seguiría el mismo camino que el argentino, como se demostró una temporada más tarde al ser traspasado al Valencia.

Sergio García llegó al conjunto maño siendo entrenador Víctor Muñoz. El equipo acababa de salvarse del descenso y ganar la Copa del Rey la temporada anterior frente al Real Madrid en Montjuic, pero el técnico aragonés no le dio demasiadas oportunidades porque prefirió al brasileño "Ewerthon" de Souza como acompañante de Diego Milito en el ataque. El ostracismo que vivió en su primera temporada le hizo estar a punto de querer salir del club maño, pero los dirigentes zaragocistas le convencieron de que se quedara porque Víctor Muñoz no iba a seguir en el Real Zaragoza.

La llegada de Víctor Fernández en la campaña 2006-07 cambió el panorama por completo, ya que el también preparador maño confió plenamente en un Sergio García que se entregó más en los entrenamientos y que comenzó a definir una figura más estilizada que le hizo ir entrando en los planes del nuevo técnico hasta el punto de acabar desbancando a Ewerthon de la titularidad.

Y en la presente temporada ha sido cuando ha explotado definitivamente, no sólo como delantero, sino como hombre que ha sido capaz de adaptarse a numerosas posiciones. La ausencia de específicos jugadores de banda en el conjunto aragonés, unido al peso específico tanto de Diego Milito como de Ricardo Oliveira en la delantera, hizo que los entrenadores que ha tenido en esta temporada vieran en él el recurso para suplir esa carencia del equipo, algo que funcionó a la perfección.

Ha sido capaz de actuar en punta como acompañante de Diego Milito o Ricardo Oliveira, por la banda derecha y por la izquierda del centro del campo dando asistencias a los dos citados y trabajando además defensivamente, virtudes estas que puede que sean las que le han llevado a la selección.

Quizá Sergio García no continuó en Zaragoza con la capacidad goleadora que había mostrado en su época en las categorías base del F.C. Barcelona, pero mejoró notablemente en cuanto a que se hizo un hombre polivalente, algo que le ha hecho crecer como jugador. Este hecho ha sido precisamente su mejor aval para acudir al Europeo, a pesar de que ha vivido en su club una temporada convulsa porque en lugar de luchar, como la pasada campaña, por un puesto en competiciones europeas, lo ha tenido que hacer por evitar el descenso, algo que ni los más pesimistas seguidores del Real Zaragoza hubieran pensado.

A pesar de que su equipo ha estado muy por debajo del nivel que se esperaba para la plantilla que poseía, Sergio García ha ido creciendo deportivamente y se ha convertido en uno de los mejores jugadores del curso 2007-08 que para él ha tenido a última hora un premio que no esperaba.