CACEREÑO 1: Félix Campo; Jaime, Jurado, Guy, Nico (min. 78, Bernal); Pablo (min. 67, Tete), Gaby (min. 51, Sergio), Mauricio, Cobos, Rocha; Diego Morgado.

UNIVERSIDAD 0: Moisés, Medina, Gustavo, Ojeda, Aitor; Aday, Alexis, Pachi (min. 35, Aníbal), Socorro (min. 75, Angel Luis), Robaina; Orlando (min. 69, Francis Santana).

GOL: 1-0-Min. 76: Sergio.

ARBITRO: Figueroa Vázquez (Sevilla). Excelente labor. Tarjetas amarillas a los locales Mauricio y Jurado y roja, por dos amarillas, a Aitor (min. 22).

INCIDENCIAS: Mucho frío.

Sergio, un joven de Carcaboso con el cartel menos deslumbrante de todas las dudosas apuestas de futuro de Ismael Díaz para esta temporada, vuelve a rescatar al Cacereño. Su gol, logrado en la recta final, dio de nuevo tres puntos vitales al necesitado club verde, justo una semana después de otro tanto capital suyo en Sevilla, ante el Betis B. Además, su providencial diana pone a los verdes de nuevo por encima del filial bético tras un balance estupendo de siete puntos en los tres últimos choques disputados.

La victoria ante el lujoso y veterano Universidad de Las Palmas rompió definitivamente el particular gafe canario y, de paso, alentó la esperanza de salvación. Pero el éxito volvió a venir precedido de la certificación de un pobre juego, incluso más deficiente al desplegado en otros encuentros en los que el Cacereño no logró puntuar.

No tiene el grupo de Ismael Díaz un ápice de fútbol genial, pero los jugadores sustituyen la falta de talento con una honradez a prueba de bomba. En la matinal, protagonizó un encuentro descalabrado, pero se sobrepuso a su desdicha con 90 minutos pasionales y encontró su premio con los tres puntos.

MAL AMBOS El Cacereño y el Universidad realizaron un primer acto deprimente, especialmente los locales, que no tuvieron una sola ocasión de gol pese a tener un hombre más por la expulsión del visitante Aitor en el minuto 22. El fútbol se ausentó entre el tedio general, sólo roto por un acercamiento de Orlando quien, solo, falló ante Félix (min. 9). Poco más, excepto el buen trabajo de Nico en el lateral izquierdo. El uruguayo se adapta a todo, y casi todo lo hace bien para el colectivo.

En el segundo tiempo cambió algo el espectáculo. El Cacereño salió más decidido, con un Julio Cobos ominipresente y exquisito liderando la ofensiva local. Desaparecidos Pablo y Diego Morgado --un delantero que todavía no ha tirado a puerta en el Príncipe Felipe-- era evidente que los verdes sólo podrían ganar por la vía de la épica.

Salió Tete, futbolista que siempre debería ser titular, y salió Sergio para asociarse y ponerle luz al túnel. Y fue Sergio, la flor de Ismael, el que se aventuró a marcharse de la defensa canaria para hacer, hábil, el tanto del éxito. El Universidad, en el que el delantero de refresco Aníbal fue lo mejor --él solo volvió loco a la defensa--, no tuvo los reaños para igualar a un Cacereño que está sobrado... de trabajo.