Cáceres respira baloncesto estos días. Y baloncesto femenino, con todas sus connotaciones especiales, que no peores. En absoluto. Hay una maravillosa autenticidad en las miradas de estas jugadoras: casi ninguna de ellas se ha hecho millonaria a base de canastas. Buena parte de ellas compatibiliza los estudios con unas carreras más basadas en la ilusión que en el profesionalismo, casi como si ir de equipo a equipo fuese una aventura.

El Serrano Macayo se ha lavado la cara para acoger una fase de ascenso emocionante y que a buen seguro irá cogiendo temperatura durante estos días. El viejo Municipal ha quitado las redes de los fondos, ha pintado las líneas y ha adecentado algunas de sus estancias interiores. Un sitio especial dentro de la esceneografía sentimental cacereña desde aquella inauguración en un partido internacional entre España y Argentina a principios de los 70. La vida ha dado mil vueltas, pero se sigue respirando baloncesto bajo ese techo altísimo pintado de naranja.

Protagonistas

En las gradas del Macayo, además de a la alcaldesa de la ciudad, Elena Nevado, puede verse estos días a todo el que considerarse alguien en el baloncesto regional: jugadores, entrenadores, directivos... Por faltar, no falta ni un jugador que ha estado muchos años en la actual Liga Endesa, el argentino Lucas Victoriano. Resulta que el exbase de equipos como el Real Madrid es la pareja de una de las referencias del Clickseguros Casablanca zaragozano, Paula Palomares. Estuvo incrustado durante el partido ante el Real Canoe entre los numerosos aficionados llegados desde la capital aragonesa, disfrutando del gran partido que realizó Palomares (18 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias).

Sin embargo, en ese choque gran parte de las miradas estuvieron centradas en otra jugadora, Amaya Valdemoro. Considerada la mejor baloncestista española de la historia, pasa sus últimos partidos en el Canoe jugando aparentemente lesionada, pero atesorando esa calidad y esa personalidad que la han hecho grande. Fue decisiva para que su equipo levantase una diferencia importante durante la segunda parte. Sin embargo, en los minutos finales volvió a apretar Casablanca, que ganó 53-66.

Fue una jornada triste para otras dos participantes extremeñas en la competición que no pertenecen al Al-Qazeres. Por un lado, la placentina Raquel Asensio, jugadora del Universitario de Ferrol, anotó 20 puntos, pero su equipo fue derrotado por el Universidad de País Vasco (79-72). En ese mismo choque, la árbitro cacereña Esperanza Mendoza se lesionó y no pudo terminar el choque. Dirigir partidos en su ciudad durante la fase de ascenso era su gran ilusión, pero parece que será baja para lo que queda de ella.