Una fuerte tromba de agua, acompañada por tres granizadas, provocó que el partido Sevilla-Barcelona se demorara al menos tres cuartos de hora, hasta que el árbitro cántabro Fernando Teixeira decidiera suspenderlo definitivamente, con el acuerdo de los dos clubs.

Numerosas zonas del campo, sobre todo la banda de fondo, quedaron inundadas, con varios centímetros de profundidad, tras descargar la tremenda tormenta, no solo de granizo --de tamaño de aceitunas--, que retumbaba en las cubiertas del Ramón Sánchez Pizjuán, sino de agua.

El árbitro del partido, Fernando Teixeira hizo dos inspecciones del campo, justo a las 21.00 horas y media hora después, tras lo que se retiró a los vestuarios --con algunos problemas porque tuvo que sortear los enormes charcos--, para sopesar la decisión.

PENSANDO EN EUROPA Al menos 15.000 espectadores aguantaron estoicamente la fuerte tormenta, aunque resguardados en zonas cubiertas, hasta conocer si el partido se disputaba. La decisión no se conoció hasta las 22.00 horas.

Ahora los dos equipos tendrán que ponerse de acuerdo con la Federación Española de Fútbol para fijar una fecha. El Barcelona juega el miércoles la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones frente al Milan, y el Sevilla el jueves se medirá al Schalke 04 alemán por un puesto en la final de la UEFA.

A ninguno de los dos conjuntos les interesaba un partido en el que los jugadores tuviesen un evidente riesgo de lesión. Ambos técnicos ya habían decidido las alineaciones y habían dispuesto que saliesen como titulares algunos de los menos habituales. Incluso Ronaldinho se había quedado en Barcelona, reservado para el decisivo duelo ante los italianos. El horizonte de la semana europea pesaba bastante, aunque ahora resultará muy complicado encontrar una fecha.

Los dos presidentes, el sevillista José María del Nido y el barcelonista Joan Laporta, mostraron su satisfacción al final por la decisión tomada. "Era lo mejor, pero lo malo es que hemos perdido una hora", afirmó Del Nido en Canal Plus, haciendo referencia al hecho de que el colegiado se aferró a la posibilidad de jugar ya que inspeccionó el campo hasta en tres ocasiones cuando era evidente que estaba impracticable. Las relaciones entre ambos clubs se han normalizado, sobre todo después del entendimiento que demostraron tener en la cesión de Javier Saviola.

CAMPEONES El alirón azulgrana, sin embargo, se puede producir la próxima jornada. Si el Barcelona gana al Cádiz el sábado y el Valencia pierde contra el Alavés el domingo, habrá once puntos de diferencia entre ambos y con sólo tres jornadas hasta al final para los valencianos.

El aplazamiento del Sevilla-Barcelona no fue la única incidencia que ocasionó la climatología, totalmente inhabitual en la ciudad a estas alturas del año.

Ya en la tarde de ayer fue suspendida la corrida de toros de la Real Maestranza, a consecuencia de la tromba de agua y fuerte vendaval.