AEK: Moretto; Edson Ramos Silva, Geraldo, Papastathopoulos, Bourmpos; Zikos (Pavlis, m.62), Nsaliwa (Pappas, m.46); Manduca, Julio César (Tozser, m.46); Rivaldo y Liberopoulos.

SEVILLA: Palop; Daniel Alves, Escudé (Mosquera, m.60), Fazio, Dragutinovic; Jesús Navas, Keita, Poulsen (Maresca, m.62), Capel; Kerzhakov y Luis Fabiano (De Mul, m.46).

GOLES: 0-1, M.31: Luis Fabiano, de penalti. 0-2, M.40: Keita. 0-3, M.44: Luis Fabiano. 0-4, M.53: Kerzhakov. 1-4, M.82: Rivaldo, de penalti.

ARBITRO: Deus Allxerles (Bélgica). Amonestó a los jugadores locales Zikos, Bourmpos y Papastathopoulos.

Un señor equipo, el Sevilla, pasó anoche por el Olímpico de Atenas para honrar la muerte de un compañero, Antonio Puerta, y se clasificó con una descarada suficiencia para jugar, cincuenta años después la máxima competición continental, antes llamada Copa de Europa y ahora Liga de Campeones.

Los españoles ya mostraron el pasado viernes en Mónaco, en la Supercopa de Europa ante el AC Milan, que siguen fuertes y que saben sobreponerse a las adversidades por muy dramáticas que sean, aunque en aquella ocasión las fuerzas físicas le fallaron y tuvieron que rendirse ante la potente escuadra lombarda.

Ahora, el AEK que entrena el español Lorenzo Serra Ferrer, que aún no ha comenzado la competición doméstica al aplazarse la primera jornada por los incendios que azotaron el país y dejarla pendiente para después del choque ante el Sevilla, preparó concienzudamente este compromiso para intentar una remontada del 2-0 de la ida.

La formación ateniense, espoleada por un público enfervorizado que casi llenó el Olímpico, salió de la única forma posible, totalmente volcada sobre el área española con la misión de marcar pronto y meterle el miedo en el cuerpo a los de Juande Ramos.

Una falta directa botada por el brasileño Rivaldo hizo trabajar a Andrés Palop y continuas incursiones por los dos extremos presagiaron que el Sevilla lo iba a pasar mal.

SORPRESA Pese a ello, los sevillistas, también muy pronto, enseñaron sus armas, que son no dejar pasar la mínima oportunidad para irse arriba rápido y sorprender. El árbitro no consideró como penalti una caída del propio delantero ruso en el área rival, pero eso fue sólo el preámbulo del que sí pitó a la media hora por una clara entrada del brasileño Julio César a su compatriota Daniel Alves.

Otro brasileño, Luis Fabiano, transformó la pena máxima y rompió las ilusiones helenas, porque ahora al AEK le hacían falta cuatro goles y que el Sevillano no marcara para darle la vuelta a la eliminatoria. Los de Serra se vinieron abajo totalmente y el Sevilla mostró esos recursos que lo tienen muy arriba en todas las competiciones que juega desde hace dos años.