El Sevilla está teniendo un verano bastante relajado hasta el momento. Solo la salida de Adriano, precisamente al Barcelona, su rival de mañana, ha alterado la fisonomía del conjunto andaluz, mientras que las llegadas, sin mucho lustre, han sido escalonadas y tranquilas. El caso es que el equipo de Antonio Alvarez ha podido preparar con tiempo un mes de agosto que se presenta cargado, con los dos encuentros ante el Barça de la Supercopa y los dos de la previa de la Champions ante el Sporting de Braga. Eso sí, la probable salida de Luis Fabiano al Olympique de Marsella ha alterado esta semana toda esa calma.

Con todo, desde hace una semana el entrenador sevillano cuenta con el plantel completo a su disposición, incluido Jesús Navas, que se incorporó a los entrenamientos el 4 de agosto. Según José María del Nido, presidente del Sevilla, para no tener problemas en la preparación de estos partidos, ya que "el calendario hacía meses que se conocía y el Sevilla ha sabido gestionarlo bien". Muy al contrario de lo que le ha sucedido al Barcelona, que dio una semana más de vacaciones a sus internacionales españoles, que se presentarán al partido de mañana con solo un par de entrenamiento.

Todo seguía su curso según el plan previsto para preparar la Supercopa y la previa de la Champions hasta esta semana, en la que ha irrumpido el caso Luis Fabiano. El brasileño está más fuera que dentro del Sevilla. Tiene un preacuerdo con el Olympique de Marsella por los tres próximos años y el club galo y el andaluz podrían cerrar el traspaso del punta por unos 18 millones de euros en horas.

El caso es que Luis Fabiano podría estar ya en Marsella para el partido ante el Barça y su posible sustituto (quizá Bryan Ruiz, del Twente) no llegaría a tiempo. Si las negociaciones se alargan, es probable que Alvarez tire del brasileño.