Sevilla: Palop; Daniel Alves, Javi Navarro, Aitor Ocio, Dragutinovic; Jesús Navas (Jesuli, m.77), Maresca, Poulsen (Martí, m.71), Adriano; Kanouté y Luis Fabiano (Renato, m.49).

Nastic: Bizzarri; Cuéllar, Cáceres, Llera, David García; Abel Buades, Merino (Serrano, m.62); Campano (Morales, m.62), Pinilla (Irurzun, m.55), Gil; y Portillo.

Goles: 1-0, M.22: Kanouté. 2-0, M.28: Kanouté. 2-1, M.67: Cuéllar.

Arbitro: Javier Turienzo Alvarez (Comité Castellano-Leonés). Amonestó a los locales Daniel Alves (m.07), Javi Navarro (m.64) y Poulsen (m.69) y a los visitantes Pinilla (m.08), Gil (m.46+), Bizarri (m.50), Llera (m.78) y Morales (m.93).

Incidencias: Partido disputado ante unos cuarenta mil espectadores.

El Sevilla sufrió mucho, más de lo que se esperaba cuando al descanso el partido iba con un 2-0 a su favor, pero, finalmente, se impuso por 2-1, ante un rival con fe como el Gimnástic de Tarragona, y sumó tres puntos que le sirven para seguir entre los mejores de la Liga.

El Nástic salió con desparpajo y mucho mejor adaptado al blando terreno de juego en el que se convirtió el campo del Sánchez Pizjuán por la lluvia, y así creó desde el inicio problemas al conjunto local con rápidas incursiones por las dos bandas y con la movilidad de Javier Portillo.

Andrés Palop, sin tiempo para arrancar a sudar, tuvo que intervenir en varias ocasiones para evitar que la formación tarraconense se adelantara en el marcador a las primeras de cambio.

Los sevillistas se sacudieron la prensa visitante y el partido se equilibró, porque los ataques ante las dos porterías se sucedieron, pero fueron los locales los que lograron una buena renta.