Dani Jarque (Sant Boi, 1983), el capitán del Espanyol, salió de su casa de Cornellá a hombros de Coro, su amigo de habitación; de Cristian, de un destrozado Iván de la Peña, del tímido David. Luego se añadieron Iván Alonso y el bueno de Rufo, ahora en el Hércules, y de Nené, de Angel, de Beranger, después de que el padre Salvadó Solá despidiera el acto religioso y muy familiar desvelando que "quien manda arriba quiere hacer un equipo galáctico y busca un central". Dani Jarque fue incinerado en un acto íntimo en Sant Boi.

El féretro del ídolo blanquiazul arribó al campo a las siete de la mañana y partió 12 horas después hacia Sant Boi. Unos 14.000 aficionados pasaron en solo cuatro horas por la capilla ardiente para despedirse del nuevo ídolo perico.

ORGULLO PERICO La familia pidió al club unas horas para acompañar al defensa en la intimidad, junto a sus amigos de toda la vida, con la pandilla de Sant Boi. Fuera, alrededor del campo, en el impresionante santuario de la puerta 21, junto a cientos de camisetas, bufandas, fotografías, dedicatorias, velas y flores, los seguidores seguían homenajeando al futbolista. "El Espanyol irá hacia arriba con la memoria de Dani. Durante estos días me he dado cuenta que el Espanyol tiene mucha fuerza. El orgullo de los pericos puede prácticamente con todo", señaló Dani Sánchez Llibre, el presidente del Espanyol, que reconoció que pasa los días más duros desde que llegó a la entidad.

La muerte de Jarque, como la de hace dos años de Antonio Puerta, sirvió para unir al fútbol español. Fue emocionante el sentido abrazo entre los presidente del Espanyol y del Barça en la capilla ardiente, dos dirigentes que apenas se dirigían la palabra. O como todos los clubs de Primera ofrecían a sus jugadores para un futuro homenaje al jugador. O como Florentino Pérez, el presidente del Madrid, comentaba que su club se ponía a disposición del Espanyol "para lo que quisiera", al igual que el Sevilla, un club que vivió la misma situación con la muerte de Puerta. "Nosotros sabemos lo duro que es y lo cruel que es el destino", dijo Monchi.

Barça y Espanyol rezaron juntos por Jarque. "El Barça quiere dar todo el apoyo a la familia de Daniel, luego a la familia españolista, a directivos y aficionados. Ante un hecho así, todos nos tenemos que sentir hermanos y partícipes de este dolor", afirmó Alfons Godall, vicepresidente azulgrana.

"La tragedia ha servido para ver los enormes valores positivos del deporte", comentó Josep Lluís Carod Rovira, el vicepresidente del Govern y presidente en funciones de la Generalitat, que comprobó en primera fila la enorme huella que ha dejado Jarque entre los aficionados. "En el fútbol no hay colores", señaló Sánchez Llibre, que quiso agradecer a todas aficiones "el apoyo a la familia". No quiso hablar sobre homenajes. "Ya hablaremos, porque ahora lo importante es la familia y desde el Espanyol va a dar todo lo que podamos por Jarque".

LA PROMOCION DEL 83 Los clubs profesionales se reunieron en Cornellá alrededor de la familia perica, pero también los amigos de Jarque, los de la infancia, los del barrio de la Ciudad Cooperativa de Sant Boi, los de aquella promoción del 83, la de la Copa del Rey en León. Y allí, en el santuario, estaban sus camisetas. La de Tato Burgada, la cordobesa de Ceballos --Jarque era el padrino de su hija--, la de Miguel. Y los Guerra.

Y también acudieron excompañeros. El almendralejense Ito estaba destrozado. Bartolo Márquez, su padre deportivo, seguía con el corazón roto, al igual que Pedrero, su mejor preparador físico. Y qué decir de Sergio Sánchez, que dejó su camiseta con el número 5 entre lágrimas. Y de las dedicatorias: "You´ll never walk alone. Fins sempre, Dani", se leía en la camiseta de Marc Crosas.