Lo que menos preocupaba a Stefano Domenicalli, el mandamás de Ferrari, era el engorro de explicar por qué Kimi Raikkonen se dejó adelantar por Felipe Massa. "¿Recuerdan lo que sucedió en Alemania entre Lewis Hamilton y Heikki Kovalainen? Pues es lo mismo". El italiano cree que no tiene nada que ver con el frenazo de Rubens Barrichello sobre la línea de meta para dar la victoria a Michael Schumacher en el Gran Premio de Austria del 2002. "Es completamente diferente. La de hoy (por ayer) es una maniobra normal porque los pilotos saben cuáles son los intereses del equipo y tienen que defenderlos".No es eso lo que preocupa a este ingeniero italiano encargado de hacer olvidar que, con Jean Todt en su puesto, Ferrari ganó cinco títulos de pilotos y seis de constructores. Lo más duro es asumir que la todopoderosa Ferrari hincó la rodilla en China y que ha quedado vendida para el cierre de la temporada en Brasil.

vendida "McLaren hizo el trabajo mejor, y punto. Para ser honestos, Hamilton jugaba otra Liga en esta carrera. Ha estado perfecto, nunca pudimos atacarle".Este tipo afable, con cara de bonachón tras sus gafitas, aún espera complicarle la vida a Hamilton en la última carrera. Este año está casi perdido y, para el que viene, ya sabe que debe ser Raikkonen y no Massa quien lidere el equipo. Por eso le someterá a un invierno de trabajos forzados en el que le ha preparado un programa con 10.000 kilómetros de pruebas.Domenicalli no puede permitirse el lujo de llegar al desenlace de la temporada y que sus pilotos sigan sin saber con qué tipo de neumáticos deben calificar o cómo gestionar la carrera, algo que ya le ha pasado esta campaña.