"Cuando yo corría, con el culo fuera de la moto, las rodillas por el suelo y plegando la moto sobre el asfalto, me decían que estaba loco, que esa no era forma de correr y que jamás ganaría carreras y, mucho menos, títulos. Y, mira, ya ves, ahí está Marc Márquez, que un día de estos va a arrastrar la oreja por el asfalto, fijo, ya lo veréis", dice Toni Elías, primer campeón del mundo de Moto2 y recientemente traspasado a la categoría de Superbikes.

El es, junto a Joan Garriga, exsubcampeón del mundo de 250cc, el ejemplo utilizado por los ingenieros de Bridgestone para explicar que esto empezó hace ya muchos años. Esto es un estilo de pilotaje más agresivo, descolgándose de la moto, que permite sacar todo el partido al chasis, suspensiones y, muy especialmente, a los neumáticos en la categoría de MotoGP.

"Cuando vemos la Yamaha de Lorenzo, el campeón, tumbada casi como si hiciera la siesta sobre el asfalto de Motorland, a un palmo del suelo --señala Carmine Moscaritolo, de Bridgestone-- debemos saber que, a la hora de pilotar, hay dos tipos de ángulos: el de la moto y el del piloto". El ángulo tope de la moto, que es pura física y uno de los secretos mejor guardados, se intuye, se sabe, que estará en los 64 grados. "Ellos, habitualmente, pilotan colocando la moto a 62º y utilizan su cuerpo de caballete, de apoyo, de tercera rueda, con la habilidad que demuestra Márquez o Stefan Bradl, la suavidad de Lorenzo o la discreción de Pedrosa para mantener la moto en pie y volar bajito sobre la pista. La suma de los dos ángulos hace posible lo imposible", dice Moscaritolo.

"El mayor ángulo de inclinación se logra en las curvas largas más veloces, esas a las que llegan a más de 200 km/h, aplastando la suspensión contra el asfalto, exprimiendo las gomas, casi derritiéndolas y trazando con rapidez y habilidad, como si estuviesen en una recta", añade Loris Capirossi. En esos instantes, explica un ingeniero de Bridgestone, la superficie de la rueda que toca al asfalto "es ligeramente superior al tamaño de una tarjeta de crédito". Increíble.

La sorpresa de Lorenzo

Hasta la fecha veíamos a los pilotos plegando de forma espectacular. Ahora ya sabemos cómo lo hacen, por qué y cuánto tumban. "Hay secretos que no podremos desvelar jamás --explica Manel Arroyo, responsable de Dorna TV-- y que tienen que ver con la sofisticada telemetría que nos ofrecen los equipos, que confían ciegamente en nosotros. A esos datos hemos añadido, además de modernísimas cámaras lentas, mecanismos de análisis que nos permitirán, a partir de hoy, saber cuánto tumba cada piloto de MotoGP".

"Cuando he visto mi moto tumbada en la recta, apoyada en un caballete, inclinada 62º, no podía creer ni que yo pudiese pilotar así", reconoció Lorenzo. "Lo dice la telemetría", añade su técnico. "Pues yo sí me lo creo, porque lo permite la moto, el chasis, las suspensiones, las ruedas y nuestro arrojo", afirma Rossi. "Yo solo sé que el cambio más bestia que he notado, de Moto2 a MotoGP, han sido los neumáticos, que se agarran como una mala cosa. ¡Es brutal!", asegura Márquez.