El debate en torno a Raúl no cesa y Luis Aragonés, curiosamente, no es capaz de evitar que la ausencia del capitán del Madrid siga interfiriendo en el trabajo de los internacionales españoles, que cada día se desayunan con un nuevo episodio de esa guerra psicológica que libran el técnico madrileño y el jugador blanco. El último fue el altercado captado por La Sexta en el que el seleccionador, con muy poco estilo, preguntaba: "¿Cuántos Campeonatos del Mundo y cuántas Copas de Europa se han ganado con Raúl".

Lejos de conseguir un ambiente de serenidad en el que preparar el partido frente a Dinamarca, Aragonés ha metido más revoluciones a la inestabilidad en que se maneja ante una cita tan trascendente como la de hoy. Desde que hizo pública la lista de convocados, Raúl ha sido más protagonista que la propia selección danesa. Y ha sido precisamente el seleccionador quien más referencias ha hecho al capitán del Madrid porque no ha sabido extender a todos los ámbitos el silencio ante los periodistas.

Desquiciamiento

No ha pasado día en que no haya dado nuevas muestras de su desquiciamiento cada vez que alguien le ha reprochado la ausencia del siete. Bufó incluso cuando se enteró de que ninguno de los nuevos en la convocatoria, Riera y Albiol, elegía ese número, que había quedado vacante por la lesión de Villa. Se imaginaba lo que ocurrió, que sería un detalle que sería magnificado por la prensa y lo aprovechó para recrudecer sus ataques contra los informadores entre sus más allegados.

Entre ellos no está ningún dirigente federativo, empezando por Angel Villar, con quien no cruzó palabra en el viaje a Aarhus. La tirantez entre los dirigentes federativos y el seleccionador es evidente. Aquellos consiguieron que diera marcha atrás parcialmente en su idea de no volver a atender a los medios informativos, pero empiezan a estar hartos de que saque su mal carácter a pasear en los momentos más inoportunos. El reto de Raúl cada vez que se señala el siete con los pulgares le subleva y no es capaz de contenerse ante cualquiera que le reclame su presencia.

Lo hizo el primer día de entrenamientos en Las Rozas y volvió a hacerlo el miércoles en vísperas de viajar a Dinamarca. Entre medias, había roto su silencio ante la prensa en la página web de la federación para decir, entre otras cosas, que se hacía un flaco favor a Raúl alimentando la controversia en torno a si debe estar en la selección o no. Nadie la alimenta más que él y nadie le cree cuando lamenta que le hayan hecho picar con una cámara oculta. De eso se quejó el portavoz de la federación, Jorge Carretero, a la Sexta, a quien la cadena atribuyó la intención de reclamar la intervención de la Asociación de la Prensa para atajar "esas conductas jocosas que sólo hacen que perjudicar".

A todo esto, Iker Casillas va y dice que estaría "encantado" de que Raúl estuviera en Dinamarca. "Convivo con él, sé cómo está trabajando, cómo está jugando y lo que aporta al Madrid", señaló el portero madridista. A saber cómo la habrá sentado esa declaración al seleccionador español.