El Fuenlabrada hizo bueno el pronóstico y derrotó de manera contundente al Cáceres 2016 en el primer partido de cuartos de final de las eliminatorias de ascenso a la Liga ACB.

El equipo madrileño se mostró muy superior a su rival desde el salto inicial, y basó su victoria, eso sí, más abultada de lo previsto, en argumentos estadísticos incontestables: seis de sus jugadores sobrepasaron los diez puntos, dobló a su rival en el apartado de rebotes, mantuvo un excelente porcentaje de tiro desde todas las distancias y sumó 115 puntos de valoración total, 76 más que los cacereños.

Si a estos datos le unimos que el mejor jugador del equipo extremeño, el pívot estadounidense Josh Asselin, vio lastrada su participación con dos tempranas faltas personales y unas molestias en una rodilla, el cuadro visitante se vio sin argumentos para competir en la cancha del campeón de la liga regular de la LEB. El jugador sintió que se le inflamaba la articulación durante el desplazamiento hasta la localidad madrileña en una dolencia que recuerda a la que sufrió durante la pretemporada. El equipo trabaja con rapidez para volver a contar con su presencia mañana, en el segundo choque de la eliminatoria, ya que ayer sólo pudo jugar 10 minutos, con unos números impropios de él (2 puntos y ningún rebote).

Dos triples consecutivos de los locales en el inicio del choque ofrecieron una versión reducida de lo que después iba a resultar el resto del partido.

SIN OPOSICION El Fuenlabrada acertaba desde la línea de tres puntos, y así fue abriendo un hueco insalvable en el marcador. Quizás sería mucho afirmar que tras el primer cuarto el partido estaba finiquitado (23-13), pero las sensaciones que denotaban unos y otros no auguraban nada bueno para los extremeños.

Si tras los primeros diez minutos el Cáceres aún tenía margen de maniobra, ésta se terminó a los tres minutos de la reanudación. La exhibición desde el perímetro del alero local Sergio Pérez, incluidos dos triples casi seguidos dejaron las cosas claras.

(33-16, minuto 13).

En el Fuenlabrada, en estado de gracia, aportaban todos sus jugadores, mientras que el Cáceres sólo se salvaban del naufragio los corajudos Daniel López y Kerry Blackshear. Los visitantes, simple y llanamente, no podían aguantar el ritmo de los madrileños y Asselin lo observaba con impotencia desde el banquillo.

Las diferencias crecían sin parar, siendo la máxima la obtenida al final del tercer cuarto (76-40). El equipo local se mostraba imparable.

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