Con el cierre del mercado de la Premier League, el pasado jueves el futuro de Philippe Coutinho dio un giro de 180 grados. Sin la Premier parece no haber paraíso posible para el brasileño, que tras la alegría de ganar la Copa América con Brasil este verano ha vuelto a la triste la realidad que para él esta siendo el Barça. Su bajo rendimiento el curso pasado le colocó en la diana de la afición, que le señaló con pitos en el tramo final de la temporada. Su elevada ficha hizo que en las oficinas del club se le situara el primero en la rampa de salida este verano, pero no es fácil colocar a un jugador con una ficha tan elevada y cuyo coste (120 millones más 40 en variables) todavía está por amortizar. Casi todas las esperanzas azulgranas pasaban por Inglaterra, en concreto por el Tottenham, que no lo vio claro y fichó a Lo Celso. «Claro que contamos con Coutinho», asegura Ernesto Valverde, que el sábado contra el Nápoles le dio unos minutos que están mucho más caros tras la llegada de Griezmann y De Jong (y el regreso de Sergi Roberto al centro del campo). La opción de incluirle en una operación para recuperar a Neymar se antoja hoy por hoy muy complicada.