Invierno del 2006. Amplio comedor del Club Diario de Mallorca. Jorge Lorenzo, que acababa de conquistar su título mundial de dos y medio, ha aceptado compartir mantel con José Eduardo Iglesias y algunos redactores deportivos de su periódico en un encuentro similar al que protagonizan personalidades destacadas de la isla.

De pronto, Iglesias, cómo no, realiza la pregunta de rigor: "Jorge, ¿para cuándo el salto a la categoría reina?". Y Jorge responde: "Si por mí fuera, mañana mismo. Yo ya estoy loco por correr en MotoGP, con los mejores, con los grandes, pero éste no me deja" .

Este es, ni más ni menos, que Dani Amatriain, su mánager, el hombre que lo llevó en volandas hasta el título mundial de 250cc. Y Amatriain, sentado junto a María Guerrero, la madre del piloto, añadió: "Si por mí fuera, Jorge correría dos o tres años más en 250cc e intentaría que diese el salto a MotoGP como Biaggi, con cuatro títulos".

Jueves, 30 de agosto. Improvisada sala de prensa del circuito de Misano. Conferencia de prensa del GP de San Marino. Lorenzo se sienta junto a Valentino Rossi, el heptacampeón de 125cc, 250cc, 500cc y MotoGP. Hace tiempo que se anunció que Giorgio relevará a Colin Edwards como compañero del Doctor en Yamaha. Alguien le pregunta al mallorquín por su próxima aventura.

Otro más

Y Jorge Lorenzo dice: "Aún soy piloto de Aprilia. Antes de pensar en MotoGP, quiero ganar un segundo título de 250cc. Eso sí, Yamaha ahora es la segunda por detrás de Ducati y solo espero que el próximo año vuelva a ser la mejor, ¿verdad?".

Las últimas palabras las pronuncia mirando de reojo a Rossi y casi casi extendiendo su mano izquierda en un intento de encontrar la complicidad de Vale. Y la logró porque Rossi añadió de inmediato, poniéndose su mano derecha sobre el corazón: "Y yo, Jorge, y yo".

Todo empezó a mediados de la pasada temporada. Antes de que Lorenzo ganase ya su primer cetro, cuando lideraba el campeonato de 250cc, todas las marcas --Honda nunca lo hizo oficialmente, pero sí a través de equipos satélites-- se interesaron por el joven campeón mallorquín y Amatriain enseguida se decidió por Yamaha. El contrato con Aprilia le permite hacer cuatro días de entrenamientos de dos sesiones cada jornada, pero le prohibía que se supiese que correría en MotoGP antes del 1 de julio. En Yamaha, podrá tener facilidades. Para eso es un campeonísimo que promete seguir dando espectáculo.