El sueco Robin Soderling provocó, por segundo años seguido más, la mayor sorpresa de Roland Garros al vencer por primera vez en 13 ocasiones al suizo Roger Federer, defensor del título, por 3-6, 6-3, 7-5 y 6-4, y alcanzar las semifinales.

En doce partidos anteriores, Federer no dejó jamás que Soderling saliera ganador. Pero en una jornada en la que la lluvia oscureció el panorama y la pista se tornó lenta y pesada, el de Tibro aprovechó al máximo esa particularidad para golpear aún con mayor dureza, soltar el brazo e inmovilizar a un Federer apático y sin reacción.

La derrota de Federer abre las posibilidades a Rafael Nadal de recuperar el puesto de número uno del mundo. El de Manacor se medirá hoy contra Nicolás Almagro, con una ventaja de 6-0 en sus enfrentamientos, pero necesita ganar el torneo para hacerse con el trono de nuevo. Antes tendrá que superar al murciano, que se mostró ayer confiado en sus opciones.

Para ello, debería seguir ejemplo de Soderling, que se hizo con un nombre en tierra el año pasado al vencer a Nadal en octavos y provocar la única derrota del español en cinco ediciones de Roland Garros. Esta vez el guillotinado ha sido Federer, que no caía antes de unas semifinales de un Grand Slam desde 2004.