Somos una tierra muy solidaria siempre, aunque por aquí no esperábamos tanto. Estoy orgulloso de ser extremeño, de verdad». Miguel Ángel Rodríguez nació en Bilbao, pero cuando cumplió los 18 años se trasladó, de la mano de sus padres emigrantes, a Navaconcejo. Ahora tiene 55 y es feliz en la que considera, sin ambages, su tierra. Hace seis años, fundó, junto a 12 entusiastas más, la AD San Jorge, el club jerteño que ha visto cómo el estadio municipal Las Lanchas, en especial su terreno de juego de césped artificial, ha quedado totalmente inutilizado tras el paso de la borrasca Elsa de la pasada semana, que desbordó el río Jerte, con los estragos que llegaron después.

El equipo cacereño, de la Segunda División extremeña, tuvo que entrenar el pasado viernes y jugar su partido del domingo ante el Tiétar en el campo de La Vinosilla, en Plasencia, mientras se hacen cruces por encontrar una salida para la propia supervivencia de la entidad. «Tendríamos que retirarnos», dice Rodríguez para el caso de que no se encuentre una solución mientras se vuelve a levantar el césped. Los pesimistas, en cualquier caso, no tienen aquí cabida. «Toda la gente se está volcando», reiteran desde el San Jorge, «y saldremos adelante, sin duda».

De momento, ya han encontrado la solidaridad en un anónimo aficionado que pagará las facturas del fin de semana obligatorio en Plasencia. «También le agradecemos al Cabezuela que nos haya ofrecido cedernos el campo para entrenar y jugar hasta que sea necesario» y a la UP Plasencia, que ha hecho publicidad para el encuentro de competición. Todo desinteresado. Todo de corazón puramente extremeño.

Con la cantera / Y es que el San Jorge no es solo el equipo senior. Hay, si cabe, algo más importante: la cantera. «Tenemos una escuela con más de 50 futbolistas», recuerda el también entrenador del conjunto de la Segunda extremeña, que espera igualmente que el ayuntamiento, «que yo entiendo que lo tiene difícil», busque una salida al problema suscitado, que no es baladí.

No se quiere hablar de cifras desde el propio club, aunque solamente el terreno de juego y algunas mejoras a lo ahora arrasado costaron en su día alrededor de 280.000 euros, aportados por el consistorio local y la Diputación de Cáceres. Una verdadera inversión en infraestructura deportiva destinada a un municipio y un club muy modestos.

La Federación Extremeña de Fútbol, a través de su presidente, Pedro Rocha, afirmó en la mañana de ayer a este diario que «nos estamos moviendo ya, al igual que la Federación Española, por ayudarles y lo vamos a hacer». El primer contacto se iba a producir a lo largo de la jornada y se querían dar buenas noticias.

«No soy ningún empresario ni nada parecido. Trabajo en una empresa, Viveros California, donde soy encargado de supervisar el negocio de las fresas». Miguel Ángel Rodríguez trabaja durante siete meses al año en esta empresa con sede nacional en Tordesillas (Valladolid) y tiene el fútbol como gran pasión, junto a su familia, que es de Navaconcejo, empezando por su mujer y también su pareja de hijos. El chico es futbolista. «Somos ballenatos cien por cien», proclama con extraordinario orgullo,

Hace dos años, el partido de inauguración del terreno entre la selección extremeña sub-18 y la AD San Jorge acabó empate a dos. Elsa, rememora el fundador del club, dejó un rastro negativo también en los vestuarios «con un metro y medio de altura de agua» que hace unos pocos días hundía a todos. Ahora se ve todo de otra manera. La clave, la solidaridad extremeña, una seña de identidad que no es un tópico. En casos como el de la AD San Jorge, es evidente que se cumple a rajatabla. Por ello la esperanza es algo tangible en Navaconcejo.