Carlos Cordero, que hace tan sólo tres años se ponía de barro hasta las rodillas en los campos de la Tercera extremeña en las filas del Fuente de Cantos, volvió a jugar en el Francisco de la Hera de su querido Almendralejo, pero esta vez en un partido de fútbol profesional y con la camiseta del Sporting de Gijón. Este almendralejense que ha explotado de la mano de José Alberto logró llevarse los puntos ante un Extremadura al que lleva en el corazón. «Es un partido muy especial, pero nos estamos jugando mucho y sabemos que será difícil», decía el joven extremeño antes de la cita en el Hotel Acosta Centro, donde se concentró su equipo.

Ha vivido Carlos un fin de semana muy atípico. En su ciudad, metido en un hotel y recibiendo a familiares y amigos a todas horas. Ha repartido unas cuantas camisetas y, al final, se ha marchado con una sonrisa de oreja a oreja con la victoria. Él y sus familiares eran los únicos almendralejenses felices ayer al salir del Francisco de la Hera.

No fue el único extremeño que se marchó contento. También el placentino Alex Alegría, que con apenas un entrenamiento en su nuevo equipo, ayer saltó en la segunda parte para aportar su granito de arena y celebrar un debut con triunfo ante la mirada de muchos de sus amigos que ayer le fueron a ver desde Plasencia.

Fueron los únicos extremeños contentos, ya que en el otro bando todo fueron caras largas y de preocupación. Lleva el Extremadura tres partidos sin marcar un gol y la alargada sombra de Enric Gallego sigue planeando sobre el ataque azulgrana. Ayer debutó Ortuño, que lo hizo bien y pudo marcar un golazo de tijera, pero la suerte le fue esquiva y su debut amargo. Como el de Perea, muy activo en tres cuartos de campo, pero sin fortuna en los metros finales. También debutó ayer en las filas azulgranas Perone, un defensa central de mucha envergadura, pero timorato con el balón en los pies. No hizo olvidar a Pardo, suplente por sorpresa cuando estaba en el mejor momento de la temporada, algo que sorprendió mucho al graderío.

El Extremadura sigue siendo el peor equipo como local y los azulgranas se quedan a cuatro puntos de la zona de salvación, una renta que por primera vez en mucho tiempo está en más de dos partidos.

Lo mejor, como casi siempre, la afición. Más de diez mil ayer en el Francisco de la Hera. Muchos de ellos acogieron a los aficionados del Sporting y realizaron convivencia antes del partido. Ahí, sin duda, la afición sería líder. Lástima que eso no otorgue puntos.