Suma y sigue. El Plasencia Galco continúa en su línea, o sea, ganando. Esa y no otra es la principal lectura en positivo del baloncesto regional durante el fin de semana, que globalmente ha arrojado un resultado muy desigual.

Juan Pablo Márquez sigue triunfando a orillas del Jerte. Su equipo ofrece una solvencia fuera de toda duda y sigue con sus resultados inmejorables. Da igual cómo juegue: una vez con el lanzamiento exterior, otra vez con el juego interior, en otro partido con la defensa como principal arma... el caso es sacar los partidos adelante.

Algo parecido estaba pasando, hasta que llegó el Caja Rioja, con el Cáceres. Se rompió la imbatibilidad de los de Fede Pozuelo porque el equipo estuvo no menos roto en el momento clave, después de acumular hasta 17 puntos de ventaja. La escasa ayuda arbitral y el cansancio del equipo pesó en exceso, y la falta de efectivos --los técnicos son partidarios de un fichaje que ahora no está excesivamente claro-- pudo resultar determinante.

En la categoría de la LEB Bronce se repitió el guión más habitual: gana el Mérida, cae el Habitacle Badajoz. El entrenador de los primeros está un poco mosqueado --dudosa postura cuando se vence-- y el de los segundos no está cuestionado. Son cosas del deporte profesional, que da giros inesperados en cualquier momento.

En EBA, triunfos del Doncel y el Hartizza Almendralejo que otorgan credibilidad a los proyectos, la misma que vuelve a tener el Mideba con su equipo de División de Honor en silla de ruedas: dos partidos el fin de semana, dos triunfos. No está mal para empezar.

El otro revés estuvo también en Cáceres con la derrota del Iniexsa de Jacinto Carbajal ante el Bembibre. Tras el primer triunfo en el debut, llega ahora este mazazo. Pero todavía estamos en el principio.