Puede parecer increíble, pero Usain Bolt tuvo anteayer un mal día, aunque lo arregló ayer pasando sin problemas a la final de 200 metros lisos que se disputa hoy a las 20.35 horas. Para empezar, su compañero de entrenamiento Daniel Bailey fue acusado por el diario deportivo sueco Sport Bladet de dopaje. Por otra, la delegación jamaicana apartó definitivamente del equipo a cinco velocistas (cuatro hombres y una mujer) que habían dado positivo en Kingston (Jamaica) por tomar un estimulante, el metilhexanamina. Y lo menos grave, pero quizá lo peor: la primera ronda de 200 metros estaba programada para las 10 de la mañana.

El gran rival de Bolt, Tyson Gay, se quedó en la cama, confiando en que un buen descanso le permita recuperarse para correr el 4x100 con EEUU. Pero el hombre más veloz del planeta se vio obligado a estar a punto a las 10 de la mañana. Para ello tuvo que levantarse alrededor de las seis, desayunar, viajar hasta la pista y tumbarse en una camilla, no precisamente para dormir, sino para someterse a una temprana sesión de estiramientos y masaje previos a la competición.

NOTICIA INQUIETANTE / Al salir a la pista, el supercampeón intentó contentar a la grada semivacía, pero las cámaras le pillaron varios bostezos. Y hasta en tres ocasiones juntó las manos sobre su rostro queriendo decir: "Estoy dormido, ¡vaya hora para programar un 200!". Un recadito que los responsables de un horario tan inapropiado seguramente ignoraron por completo, ocupados como estaban en desayunar en el Hotel Intercontinental, sede de la Federación Internacional (IAAF) en estos campeonatos, y próximo a la Kurfürstendamm, hasta dónde llegaba la fila de coches que les esperaban para trasladarles al estadio a una hora prudente.

A esa misma hora del pasado martes, los lectores del Sport Bladet sorbían el café matinal con una noticia inquietante: la muestra de orina de Daniel Bailey, un velocista de Antigua y Barbuda, integrado en el grupo de entrenador Glenn Mills, técnico de Bolt, habría resultado positiva en el control antidopaje realizado tras la final de 100 metros. Bailey es el único esprínter que ha ganado a Bolt en Berlín, en la segunda ronda eliminatoria de 100 metros lisos, cuando el jamaicano se dejó ir en los metros finales. Ambos lo celebraron efusivamente. Pero ayer, en un inusual gesto, la IAAF se apresuró a emitir un comunicado en el que afirmaba que, una vez analizadas las muestras tomadas en la final, todas han resultado negativas, así como las tomadas con anterioridad a dicha final.

DEFENSA DE ROGGE No es la primera vez que Bolt, o su entorno, es acusado de dopaje sin que se aporten pruebas. En los Juegos de Pekín, el velocista alemán Tobias Unger le acusó directamente de hacer trampa. El asunto no tuvo más trascendencia, aunque sí cierto eco informativo. El presidente de Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, declaraba anteayer en el diario belga Le Soir : "Bolt está limpio, y en todo caso siempre tiene que prevalecer la presunción de inocencia". Rogge, que fue muy crítico con la manera en que Bolt celebraba sus éxitos en Pekín, ha sido ahora el primero en defender la honestidad del jamaicano lo que da una idea acerca de la forma de pensar del presidente del COI. Con todo esto a sus espaldas, el hombre más veloz del mundo --después de batirse a sí mismo-- entró ayer paseando en su semifinal de 200 y, aun así, hizo la mejor marca: 20.08.