Solo faltan 75 días para que los Juegos Olímpicos de Río 2016 y la inseguridad en las calles de la ciudad carioca continúa siendo la gran asignatura pendiente de los organizadores. El pasado sábado, a plena luz del día, cuando se disponían a desayunar en el barrio histórico de Santa Teresa, cuatro menores armados con dos pistolas asaltaron a tres miembros del equipo español de vela.

"En Río de Janeiro primero disparan y luego preguntan. No es la primera vez que me atacan en Río pero sí la primera que me ponen la pistola en el pecho", ha declarado a la cadena COPE el regatista medalla de oro en Pekín 2008 Fernando Echávarri. Junto a él se encontraban la campeona del mundo y europea, Tara Pacheco, y su entrenador, Santi López.

LA DIFICULTAD DE DESPLAZARSE

A pesar de que ninguno de los tres sufrió daños personales, parte de sus equipos fueron robados. La experiencia ha puesto de relieve las dificultades que los atletas olímpicos tienen para realizar sus entrenamientos previos a Río 2016. En la ciudad olímpica desplazarse con equipos deportivos de miles de euros es una invitación a este tipo de incidentes.

"Los atracadores eran menores de edad, estaban drogados y muy nerviosos. Es una pena que chavales que deberían estar en el colegio vayan con una pistola en la mano", lamentó Echavarri que, al igual que sus compañeros, espera olvidar lo sucedido lo antes posible y retomar los entrenamientos lo antes posible.

AUMENTO DE LA VIOLENCIA

Pero nada es casual en estos momentos de tensión en Brasil. La fuerte crisis económica y social que atraviesa Río de Janeiro ha contribuido para un aumento espectacular de la violencia que comienza a parecerse a la sufrida años atrás. Según un reciente informe del Instituto de Seguridad Pública (ISP), el número de asesinatos en el estado de Río aumentó un 15,4% en lo que va de año con unos increíbles 1.715 casos, es decir, una media de 11 asesinatos al día.

Mientras tanto, el número de atracos aumentó un 23,7%, con 38.641 casos hasta el mes de abril todo ello sin tener en cuenta que en Río de Janeiro la inmensa mayoría de los robos violentos ni siquiera son denunciados ante la escasa efectividad de la Policía Militar. En la mayor parte de los casos, una espera de varias horas en una comisaría apenas se traducirá en un informe más ya que, según los datos del Ministerio de Justicia, solamente el 5% de los casos llegan a resolverse.

MENORES ESNIFANDO PEGAMENTO

En los barrios turísticos de Río de Janeiro, como Copacabana oIpanema, no es difícil cruzarse con bandas enteras de menores esnifando pegamento en botellas de agua mineral. Aunque la gran mayoría de las veces se contentarán con mendigar unas monedas no dudarán en aprovechar la situación si notan nerviosismo en el turista o si su bolsa de viaje se encuentra desprotegida.

Ya los barrios de Santa Teresa y el Puerto Olímpico, que se pretendían una atracción turística durante Río 2016, requieren de bastantes precauciones a la hora de desplazarse. Visitar la favela de Rocinha, la mayor de todo Brasil, hace tiempo que dejó de ser una opción segura. El mejor consejo a los 350.000 turistas que vendrán a Río 2016 es el mismo que resumió Echavárri tras el incidiente: "En Río no puedes aparentar, hay que llevar poco dinero por si te atracan, aquí la vida vale muy poco".