"Somos una familia, creamos un ambiente fraternal y nos mantenemos unidas". Así define una de las jóvenes del equipo, Thaïs Henríquez, el secreto del éxito de la sincronizada española. Gemma Mengual es la líder y Anna Tarrés, la piedra angular del proyecto de largo recorrido.

"¿Si me gustaría a mí ser la pareja de Gemma? Siempre se lucha para ser mejor, pero cada una se esfuerza para elevar el nivel del equipo". De luchar sabe mucho Thaïs, de 25 años, la más alta del equipo (1,85), que en el 2002 se fue de Las Palmas para "luchar por algo que no sabía si iba a ocurrir". También se la jugó Alba Cabello, una madrileña de 22 años, más bajita (1,65), que vio los Juegos de Atenas por televisión. "Llevamos todo un ciclo olímpico trabajando para esto", afirma.

Pero la gran artífice es sin duda Tarrés. Una de sus colaboradoras, Bet Fernández, no duda en calificarla de la mejor motivadora. "Nunca se repite, siempre está improvisando y cambiando, y eso hace que todos estemos a tope. Abre los ojos a todos, motiva a las mayores, tiene una visión muy clara de los papeles de cada uno y, por ejemplo, con el cambio del dúo, Gemma ha ganado en motivación y la pareja ha ganado en química".