En el Al-Qazeres, claro, todo son sonrisas. O casi. Llevar a estas alturas (octava jornada) cinco victorias y tres derrotas es algo que ni en los sueños más optimistas de sus responsables se podía alcanzar. Baste el dato de que hace dos temporadas, en la anterior y fallida experiencia en la Liga Femenina, se sumaron solo seis triunfos...

En esta línea de argumentos camina Alfonso Sánchez, su presidente, que ejerce de tal al tiempo que trabaja en Madrid. «Estamos sorprendidos gratamente», reconoce. «La clave está siendo la calidad del grupo humano y el buen ambiente en el vestuario. Los resultados que estamos consiguiendo se basan en la elección que hicimos de las jugadoras en verano. Era arriesgado crear una estructura con una plantilla corta, porque te obliga a acertar mucho, pero parece que lo hemos conseguido», sostiene.

En el club se respira la satisfacción por haber mezclado bien a veteranas experimentadas con jóvenes ‘con hambre’. Y poner todo eso al servicio de Jacinto Carbajal y su cuerpo técnico. El entrenador recibe elogios inequívocos por parte del presidente: «En el pasado se le han podido hacer críticas constructivas, pero esta temporada lo está bordando. Siempre ha sido muy concienzudo y milimétrico en el trabajo y a eso le está uniendo una genial dirección de partido».

Eso sí, el objetivo no se ha movido. «Lo que queremos es cerrar cuanto antes la permanencia», sentencia. Sí, pero... ¿clasificarse para la Copa de la Reina también? «Bueno, si eso supone que hemos conseguido la salvación, pues adelante. Está claro que no renunciaríamos», responde Sánchez. Lo que pasa es que todavía no está claro si se clasifican los cuatro --como señalan las bases de competición-- o los seis primeros al final de la primera vuelta. La Federación Española ha propuesto esta última fórmula, pero hay que aprobarla.

Todo está saliendo bien, desde la renovación de Julie Forster («teníamos confianza en ella, pero ninguno sabíamos que iba a hacer estos números») hasta la feliz reaparición conjunta de Mariona Martín y María Romero tras casi un año sin jugar («han sido fuertes y han logrado lo que querían»).

¿Todo? No. Hay algo que seguramente le falta al Al-Qazeres: un poco más de apoyo desde la grada. Su máximo responsable asume que «esperábamos algo más de público. No sabemos cómo atraer a más gente a ver un equipo que da tan buena imagen y además está ganando». H