Así la situación, una de las pocas soluciones parece otro regreso, el de Pedro Núñez y su equipo de colaboradores (Eduardo Chacón, Abelardo Martín, Fernández Alvarado...). Visto está que la credibilidad ante los bancos y las instituciones la tienen ellos y visto está que en su momento tuvieron una visión sobre el futuro del baloncesto cacereño que ni la hinchada ni la prensa quisieron compartir. Su desembarco supondría seguramente la normalización de relaciones que los actuales responsables verdinegros no han sabido cuidar --las estériles polémicas con Jesús Medina y Felipe Vela, por ejemplo-- y, sobre todo, la llegada de una liquidez que se necesita ya mismo. La afición parece darse cuenta de todo ello y vería con buenos ojos cualquier vía para que el club de sus amores dejase de arrastrarse y hacer el ridículo a nivel nacional con huelgas e impagos. Okac, pese a ser un cuarentón , está en buenas condiciones y todavía tiene tiempo de contribuir al segundo amanecer del Cáceres si el caos se aborta pronto. Al fin y al cabo, todos los años hay un 10 de mayo.