A pesar del segundo puesto de Jorge Ferrio, el Spiuk Zafra volvió con un agridulce sabor del Gran Premio de Llodio. Sin quitar mérito a lo conseguido en la misma casa del patrón --la firma Spiuk está asentada en la localidad vitoriana--, lo que escuece es que el éxito pudo ser mayor.

El propio Alfonso Rodríguez, director técnico del equipo extremeño, explicaba ayer resignado que "nos persiguieron las caídas y cercenaron nuestras opciones a pesar de que salimos a dar guerra desde el principio. Jesús Ramírez saltó al principio, y luego se le unieron diez corredores". Abunda explicando que "Benítez también se nos cayó a falta de unos 40 kilómetros, cuando iba escapado con siete ciclistas más. Luego lo de Jorge Ferrio y, finalmente, lo de Rafael Macarrón, que se cayó faltando 18 kilómetros y se partió el radio de un brazo", matizó.

Lo peor fue lo que le sucedió a Ferrio a falta de 36 kilómetros. Viajaba con el que luego sería ganador, David Herrero, y con Angel Vicioso. "A Vicioso lo cogió y a Herrero no, pero sólo por 10 segundos y acabó segundo. Es para quitarse el sombrero". Una de las satisfacciones que se llevó Alfonso Rodríguez fue que "el patrón (José Manuel Fernández) hizo la prueba conmigo y se dio cuenta del enorme trabajo que realizaron los corredores".