Qué vio Alberto Contador el viernes a falta de 30 kilómetros para la meta? ¿Por qué Chris Froome, el jersey amarillo, se cortó ante la ofensiva del equipo del corredor madrileño? ¿Será capaz el Sky de resurgir como equipo o buscará extrañas alianzas? ¿Está ya recuperado Contador, como destaca su entorno? ¿Atacará Nairo Quintana y pondrá el Tour de las 100 ediciones patas arriba? ¿Qué hará Alejandro Valverde? ¿Y Purito?

En los casi 21 kilómetros de ascensión al Mont Ventoux, hoy en la etapa más larga de este Tour, habrá tiempo para salir de dudas y para observar también las verdaderas intenciones de un conjunto, el Belkin, con Bauke Mollema, su líder y segundo de la general, que el viernes eliminó al ciclista murciano del Movistar de la lucha por la general. El Ventoux no tiene piedad, desde siempre, desde que Luzien Lazarides (el ciclista que en agosto tomaba pastís con Pablo Picasso mientras le explicaba las aventuras del Tour) lo conquistó por primera vez, por allá 1951.

Ayer ganó Matteo Trentin (ITA-Omega) en etapa de transición. Hoy, todos se quieren probar y todos tienen motivos para reivindicarse. Froome, porque es el líder, porque fue el mejor en Ax-3-Domaines, en la única meta en alto desflorada por este Tour y porque quiere que lo dejen tranquilo y no lo mareen más con la fragilidad de su equipo.

Pero si hay un corredor que puede destrozar cualquier estrategia este no es otro que Nairo Quintana, líder por accidente del Movistar. A Lyón llegó ayer, camuflado en el pelotón principal, a 7.17 minutos de una escapada de 18 corredores.