PLASENCIA GALCO: Gianella (1), Sala (6), Stewart (19), Owens (13), Kruiswijk (6) --cinco inicial-- Palacios (12), Lledó (2), Rubio (8), Bayle (-), Robles (-), Ferrero (-) y Beltrán (-).

CAI ZARAGOZA: Ciorciari (13), Lescano (-), Hill (16), Esmorís (14), Walls (8) --cinco inicial-- Doblado (6), San Miguel (-), Mesa (-), Ferrer (2), Sabaté (2) y Oscar González (23).

MARCADOR POR CUARTOS: 16-23, 29-39 (descanso), 51-61 y 67-85 (final).

ARBITROS: Estévez y Morales. Eliminaron por faltas personales al jugador del Plasencia Galco Nicolás Gianella y a Esmorís, por parte del CAI Zaragoza.

Fin al sueño. Fin a una temporada fantástica. No pudo ser. El quinto asalto de la eliminatoria decisiva entre el Plasencia y el CAI Zaragoza impuso la lógica y los maños se metieron en el duelo vital por el ascenso a la ACB. Aliados con un arbitraje parcial, el grupo de Julbe fue, eso sí, superior a los placentinos, pero no lo necesitaba en absoluto.

En el primer cuarto, tras un inicio igualado, la mejor selección de tiro final de los maños hizo que éstos cogieran una ventaja clara de siete puntos tras el primer cuarto (16-23). Lo significativo fue la marca especial de un 3 , como Esmorís o Ferrer, sobre la estrella local, GianeEn el segundo, más de lo mismo, con dos equipos entregados a la causa del triunfo, decisiones arbitrales muy discutibles y lo más negativo: las tres personales de los dos conductores locales, Gianella y Perico Sala. Los maños se fueron por delante en el marcador por un claro 29-39.

En el segundo acto, tras el apagón que hizo que el partido se parara durante alrededor de 20 minutos, las acometidas locales se vieron frustadas, aparte de por las personales (Gianella hizo la cuarta), por la mayor tranquilidad del equipo visitante, dominador de los tableros y con una mayor fortaleza en el banquillo. La imaginación de Sala, Owens y Stewart, unida al trabajo de hombres como Palacio, Lledó o el propio Guillem Rubio, fueron claramente insuficientes, pese a que la diferencia llegó a estar en cinco puntos.

Cuando el Plasencia se acercaba a su meta, resultaba imposible superar a su oponente, entre otras cosas porque la capacidad ofensiva de hombres como Oscar González o Benito Doblado, exjugadores del Cáceres que ayer afinaron la puntería en momentos clave, hicieron nublar cualquier sueño.

De cualquier forma, pese a las lágrimas, pese al mal momento puntual de 40 minutos, nada hará borrar la gran temporada de los extremeños, que sin duda han sido el equipo más sobresaliente de todos cuantos conforman el ahora pobre panorama regional actual.