Fue solo un roce, muy sutil, casi imperceptible. Tanto, que para la gran mayoría de los espectadores pasó desapercibido. Pero fue el toque justo, preciso, para que el balón pasara por debajo de las piernas de Dani Aparicio y él, Marcos Torres, pudiera desmarcarse, seguir la jugada, pisar el área del Coria y asistir a Ezequiel para que hiciera el gol que acabó dando al Cacereño el pase a la final del playoff de ascenso a Segunda B.

Y no fue casualidad. Puede que hubiera un punto de suerte, no lo niega el protagonista, pero su intención era exactamente esa, que el balón pasara entre las piernas del defensor y él pudiera escaparse hasta el área rival. «Tenía esa acción en la cabeza», cuenta Marcos Torres (Vigo, 13 de noviembre de 1992), que vive su tercer intento de ascenso con el Cacereño. «Espero que se cumpla eso de que a la tercera va la vencida».

Superado el duro escollo del Coria, el Cacereño ya solo piensa en el Villanovense, «un gran equipo», reconoce el talentoso futbolista gallego. No niega que lo pasaron mal («el Coria propuso muy buen fútbol e hizo que tuviéramos desajustes, nos exigió mucho y tuvimos que correr mucho sin balón, que es algo que desgasta bastante»), pero el partido que les espera el sábado en el estadio Francisco de la Hera de Almendralejo, cree, no tendrá nada que ver con el del pasado domingo. «No creo que se parezca ni al nuestro ante el Coria ni el suyo contra el Extremadura B».

Y a pesar de que el Cacereño parte con desventaja (dos de los tres resultados posibles le perjudican, el empate y, claro, la derrota), Marcos Torres reparte las posibilidades de cada uno al 50 por ciento. «En nuestra mente no hay otra cosa que la de ir a ganar, nos vamos a dejar la vida para conseguirlo».

VUELVE TETO / El Cacereño podrá tener en la final a Teto, uno de los jugadores más determinantes de la Tercera extremeña, y reconoce Torres que ese es un factor a su favor. «Aunque en los partidos, sobre todo los de este tipo, prima el equipo, un futbolista como Teto puede marcar la diferencia. Va a ser una pequeña ayuda más para nosotros», añade el gallego, que, como el resto de jugadores verdes, ya ha recargado las pilas para encarar la final al cien por cien. El conjunto verde disfrutó este martes de la clásica jornada de descanso para volver a los entrenamientos el miércoles.

Espera Torres un partido muy igualado, donde cometer muy pocos errores será clave y en el que el primero que marque, «puede llevarse el gato al agua». Ya se vio en la semifinal del Cacereño ante el Coria. También en la del Villanovense. «Habrá que estar muy finos en las dos áreas», indica, «como en la semifinal: marcamos rápido y eso fue clave, cambió el guión del partido, y además supimos defendernos».

De momento, la única duda es Bernabé, del que se está muy pendiente de su evolución. «Tuvo mala suerte», apunta el mediapunta gallego, «se golpeó en el hombro que se había dañado antes. A ver si puede llegar». Pero esté quien esté, lo que quiere Marcos Torres es celebrar el ascenso por el que lleva tres temporadas luchando.