REAL MADRID: Iker Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Xabi Alonso, Khedira (Callejón, m.57), Di María (Coentrao, m.53); zil, Cristiano Ronaldo y Benzema (Higuaín, m.81).

BARCELONA: Valdés; Dani Alves, Mascherano, Abidal, Adriano (Piqué, m.61); Keita, Thiago (Villa, m.57), Iniesta; Alexis, Villa (Pedro, m.72) y Messi.

GOLES: 1-0, m.13: zil- 1-1, m.35: Villa. 1-2, m.45: Messi. 2-2, m.54: Xabi Alonso.

ARBITRO: Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó a Khedira (32), Xabi Alonso (78) y Marcelo (90) por el Real Madrid, y a Alexis (53) y Alves (90) por el Barcelona.

El primer capítulo de la final de la Supercopa en el duelo de más grandeza de España, el clásico, recuperó el brillo del buen fútbol y apartó el de la polémica, en un encuentro en el que el Real Madrid mostró superioridad física ante un Barcelona al que salvó la calidad individual de Villa y Messi en sus dos únicas llegadas a la portería rival (2-2).

La temporada oficial en España comenzó con el mayor espectáculo posible. Un Bernabéu lleno. Ambiente de final. Nada hacía indicar que era mitad de agosto. Un título estaba en juego y poco importaba que fuese la Supercopa, el menos importante, para que los dos grandes del fútbol español protagonizasen un partido brillante.

Caras de incredulidad en el madridismo. Soplidos de respiro en los culés. Nadie creía lo que había visto en el Bernabéu. El Madrid había pasado por encima del Barça en fases del partido como nunca en los últimos años. Y al descanso se iba perdiendo y al final con un empate que le supo a poco. De nada había servido su exhibición física. El cambio de mentalidad de Mourinho que pasó del trivote al tridente. Salió a morder con presión a su rival. Quiso el balón. Y hasta consiguió desfigurar al equipo de Guardiola.

EL BARÇA, SIN FLUIDEZ El inicio de partido respondió a la pretemporada de cada equipo. El Barcelona llegó justo. Con jugadores importantes tocados en el banquillo. Sin Piqué en defensa, sufrieron Mascherano y Abidal como centrales. Faltó fluidez por la ausencia de Xavi y contención por Busquets. Se agarró al estreno brillante del chileno Alexis Sánchez. La agresividad inicial del Madrid pudo con todo.

Se sentía superior físicamente y quería aprovechar cada segundo. Sin noticias azulgranas, solo Valdés estaba a la altura de una final. Una brillante estirada a cabezazo picado de Benzema a los nueve minutos evitó el primero. Nada pudo hacer cuatro minutos después ante un desajuste defensivo. Benzema recibió, aguantó y asistió a la llegada de zil que definió con calidad.

El rodillo blanco se exhibía ante su enfurecida afición. El carrusel de clásicos del final de temporada dejó muchas cuentas por saldar. La presión y la recuperación de balones en zonas de peligro hacia dueño al Madrid.

Cuando el barcelonismo añoraba la figura de Xavi, pensaba que a Thiago le venía grande un duelo de tal magnitud y cuestionaba la forma de los recién llegados Dani Alves y Messi. A su primera llegada al área rival. En su primer intento de disparo marcó. Son cosas del fútbol y de los genios como el Guaje Villa. Le vio Messi escorado. Encaró a Ramos y soltó un derechazo a la escuadra.

Mantener el nivel físico era imposible. En cuanto el Madrid lo rebajó mínimamente fue castigado con una dureza excesiva porque al borde del descanso, apareció Messi para sacar provecho del único error blanco. Un resbalón de Pepe. Un mal toque de Khedira. Y el argentino no perdonó.

EL EMPATE BLANCO Recuperó su identidad el Barcelona en el inicio del segundo acto. Tenía superioridad numérica en el centro del campo. Lo compensó Mourinho dando entrada a Coentrao. Y volvieron las cosas que hacen tan grande al fútbol. Es imprevisible. Tocaban los azulgrana y a la primera acción de peligro el Madrid empató. Xabi Alonso marcó tras un rechace de un córner que dejó el balón a Pepe.

Los minutos pasaban y el espectáculo se acercaba a su final. No podía faltar la polémica que siempre marca los clásicos. Las fuerzas están igualadas entre dos grandes que vuelven a deleitar con puro fútbol.