«¡Vamos, Hugo, vamos!». Son las 11 de la mañana y la Copa Embajador de taekwondo se centra en los más pequeños deportistas. El pabellón Multiusos Ciudad de Cáceres rezuma expectación. A esta hora hay cerca de mil espectadores presenciando el espectáculo, en el que van a competir 300 taekwondistas. Dicen que lo más granado de este deporte, que hace parada en Cáceres por segunda vez en la historia de la mano del Maestro Kim Young Goo. En 2006 también estuvo, pero entonces fue en el Juan Serrano Macayo.

Hugo termina ganando el combate ante la euforia de sus padres y abuelos. «Bien, bien, lo que le ha costado, c...». Abajo, otras dos disputas efervescentes coinciden en el tiempo. Hay cuatro tatamis y, tapado por una enorme lona, a la derecha, un espacio para calentar. También se preparan arriba, junto al bar, encima de las gradas. Todo vale. Las caras son de máxima ilusión.

El respeto es absoluto. Tras el duro combate, la deportividad reina entre los taekwondistas, que se saludan después de haberse intercambiado fuertes pero asumibles golpes.

A las cinco de la tarde, las gradas están a tope. El escenario deportivo vive su máximo esplendor del día con la inauguración oficial del evento a cargo del embajador coreano en España, Hong Jo Chun, siempre sonriente, siempre cómplice, durante este fin de semana feliz al lado de uno de Kim, uno de los coreanos más universales.

Hay una exhibición que hace las delicias del público. Las selecciones de Colombia y Portugal también compiten. Hoy Cáceres respira taekwondo.