El viernes asistí a la gala de la Federación Extremeña de Balonmano. Además de comprobar el ´buen rollo´ que existe en la familia de este deporte en la comunidad, intercambié unas palabras con el nuevo director general de Deportes, Fabián Quesada. Dentro de las lógicas reservas que, ateniéndome a mi propia experiencia de casi 20 años intentando ´encajar´ mi relación con los políticos --creánme, para un periodista resulta bastante complicado--, reconozco que me llevé una buena impresión del nuevo ´jefe´ del deporte regional, solo por debajo del consejero Carlos Javier Rodríguez. Quesada transmite la ilusión del joven, sabe escuchar y asume las limitaciones a las que se enfrenta, que son muchas. Lo tendrá complicado, me consta, con algunas federaciones que, con legitimidad --y justicia-- piden lo que se les ha prometido o, al menos, que no se les quite lo que ya tienen. Pero Quesada tiene buen talante, una cualidad que, pese a lo que digan, no es patrimonio de Zapatero.