Hay en estos momentos un poso de envidia entre los aficionados franceses por la brillantez con que la selección española se ha encaramado a la cima del fútbol europeo y se asoma ahora al Mundial de Suráfrica con esperanzas fundadas de agarrar también el cetro universal. Un objetivo que Vicente del Bosque y los jugadores españoles acarician con cautela, sin perder de vista que lo más nefasto sería sentirse campeones antes de empezar a jugar.

Después de un paréntesis de más de tres meses, España inicia su puesta a punto para la cita mundialista en un amistoso en Saint Dennis contra Francia (TVE-1, 21.00 horas), un rival, el galo, que suspira por un triunfo convincente sobre los campeones continentales para rearmarse tras un periodo de desorientación que estuvo cerca de dejarle fuera del Mundial.

"Tenéis un equipo muy bello", comentó a los periodistas un seguidor francés cuando los jugadores españoles y Del Bosque entraban en el hotel donde quedaron concentrados ayer a primera hora de la tarde en la capital francesa. El, como tantos otros, no tiene nada claro que su selección pueda romper de un plumazo la inmaculada racha que exhibe La Roja desde que cayera en las semifinales de la Copa Confederaciones el verano pasado. La ven como un equipo tan hecho y seguro como la Francia que reinó en Europa y el mundo hace más de una década.

PERFUME MUNDIALISTA La selección francesa, sin embargo, es el último rival que derrotó a España en un Mundial. Fue en los octavos de Alemania 2006, cuando Luis Aragonés equivocó la tecla. El dato supone un aliciente más para un partido que, como dice Raymond Domenech, el controvertido técnico francés, "tiene perfume mundialista".

Está de acuerdo con él su colega Vicente Del Bosque, quien, más allá de los antecedentes, subrayó que Francia es un equipo "magnífico" que seguramente habrá salido reforzado después de los apuros que pasó para clasificarse, lo que finalmente consiguió en la prórroga de la repesca contra Irlanda.

"Aventuro una buena Copa del Mundo para Francia", dijo el técnico salmantino, que tendrá que dejar a seis jugadores en la grada porque solo se permiten seis cambios en estos amistosos. Solo piensa en adornar un poco más el cartel de España, pese a que no se gana en territorio francés desde hace 42 años y cuesta creerle cuando dice que el resultado no tendrá consecuencias "positivas o negativas". En cualquier caso, "no alterará los planes para el Mundial", un destino en el que España estará por primera vez en el grupo de los grandes favoritos.

Así lo reconoció nuevamente Vicente Del Bosque sin dejar de advertir que hay que desconfiar de todo cuando se trata de selecciones de muy alto nivel: "El fútbol, a veces, es muy cruel con los que se creen muy buenos y pensar en eso nos dará humildad", declaró ante los periodistas. El nuevo reto se pone en juego, pese a que no haya oficialidad.