Ni la terapia de Las Rozas ni la reunión entre Casillas y Xavi para limar asperezas tras la Supercopa, ni la foto con la que el capitán quiso plasmar la nueva entente con el azulgrana y que colgó en Twitter. Nada se puede comparar con la tangana en el tramo final del choque ante los chilenos. Madridistas y azulgranas defendiéndose mutuamente y largando mamporros a todo rival que pasaba por allí. Así se ha escenificado la concordia en la selección.

La guerra y la paz empiezan y acaban en una tangana. Desde aquella entrada de Pepe sobre Dani Alves en la semifinal de Champions, que desencadenó un cisco monumental, hasta la de Marcelo sobre Cesc Fábregas en el choque de vuelta de la Supercopa, que terminó con el esperpéntico gesto de Mourinho metiendo el dedo en el ojo a Tito Vilanova, ayudante de Guardiola, el enfrentamiento entre azulgranas y madridistas había traspasado la frontera de los clásicos hasta instalarse en la selección.

OBLIGADOS A CONVIVIR La tensión en el seno del combinado español llevó a Del Bosque a mediar en el asunto. El seleccionador recordó que gran parte del éxito en el Mundial de Sudáfrica se cimentó en el buen rollo entre los jugadores, pero Casillas, Piqué, Ramos, Busquets, Xabi Alonso o Villa no digerían demasiado bien tener que convivir poco después de haberse citado en un duelo al amanecer tras la batalla de los clásicos.

En medio de esa calma tensa apareció Iniesta, con esa palidez que envuelve su cara de niño bueno. El azulgrana completó su exhibición con un regate mágico sobre la línea de fondo. Un defensa le golpeó y el albaceteño se revolvió pegando su cara a la de Vidal. Y se armó la marimorena. Arbeloa llegó como un tren para defender a su compañero.

Luego Busquets hizo lo propio para liberar al madridista del lío. Pedro y Cesc también se sumaron al tumulto. Así, con la guerra, se ha querido confirmar la paz entre Madrid y Barça.

Y todo gracias al albaceteño Iniesta, un jugador que suele salir aplaudido del Bernabéu y que casi nunca se mete en líos. "La tangana no unió, sino que escenificó que nos llevamos bien. Hay que dejar de alimentar el debate de que hay mal rollo. Nos defendemos jugando al fútbol y apoyándonos cuando hay lío", declaró el héroe del partido contra la selección de Chile.

COSAS DEL FUTBOL Menos importancia le dio Del Bosque, que sabe que acciones como la de Iniesta son habituales, por desgracia, y que la reacción suele ser siempre la misma juegue quien juegue.

"Son cosas del fútbol. No ha pasado nada", dijo el seleccionador. Xavi, por su parte, tiró de ironía para advertir que no había mal ambiente. "Véis como no había mal rollo. Las tanganas son una pena, pero son cosas que pasan. Me pilló en el banquillo, pero aquí hay buen ambiente y no tiene nada que ver lo que pasa en los equipos con lo que sucede en la selección", sentenció el jugador azulgrana.

DE DESCANSO Mientras, la selección española regresó a casa en una mañana en la que madrugó para completar en autobús el recorrido de Sankt Gallen (Suiza) a Zúrich, desde donde voló a Madrid, en un día que los internacionales tuvieron libre hasta las 00.00 horas.

Pocas horas de sueño tuvieron los futbolistas de España, que tras vencer anoche a Chile llegaban al hotel a las 00.30 horas, cenaban y se dormían de madrugada, para ser despertados a las 7.30 de la mañana.

Después del desayuno, completaron en autobús los 85 kilómetros de distancia a Zúrich y partieron, como ocurrió en la ida, con media hora de retraso de vuelta a Madrid. Tras el vuelo de dos horas el avión de la selección aterrizó a las 12.30 horas.