ZARAGOZA 2: Laínez; Cuartero (Generelo, min.54), Milito, Alvaro, Toledo (Rebosio, min.51); Galletti (Cani, min.61), Ponzio, Movilla, Savio; Dani y Villa.

REAL SOCIEDAD 1: Westerveld; López Rekarte, Schurrer, Kvarme, Potillon; Karpin, Alkiza (Aranburu, min.88), Xabi Alonso, Gabilondo; Nihat y Kovacevic.

GOLES: 1-0. min.5. Villa; 1-1. min.36. Xabi Alonso; 2-1. min.92. Villa (penalti).

ARBITRO: Moreno Delgado, del colegio catalán. Amonestó con la tarjeta amarilla a los jugadores visitantes Gabilondo, Xabi Alonso y Alkiza.

El Zaragoza consiguió romper la gran racha que acumulaba la Real Sociedad en el año 2004, con cinco victorias consecutivas, al derrotarle con un gol agónico de penalti en el último minuto del partido que les enfrentó, lo que da aire al conjunto maño en su lucha por la permanencia ya que la victoria le permite salir de la zona de descenso.

La presencia de José María Movilla como organizador, algo que necesitaba el conjunto maño no de esta temporada sino desde hace varias, hizo más equipo al Real Zaragoza que tocó y combinó mejor el balón en el primer periodo, si bien contó con la ventaja de adelantarse en el marcador a los cinco minutos con un gol de David Villa tras una gran jugada de Savio.

Fue a partir de la media hora cuando los easonenses comenzaron a funcionar con un Nihat que tuvo dos excelentes oportunidades que detuvo César Laínez, en los minutos 31 y 35, y que fueron el preludio del tanto del empate que llegó un minuto después de ésta última en un potente lanzamiento de Xabi Alonso desde unos 25 metros que sorprendió al meta zaragocista.

En el segundo tiempo el juego estuvo más igualado y el juego fue más táctico lo que trajo como consecuencia un partido más trabado y sin apenas ocasiones de marcar pero en el que parecían moverse más cómodos los visitantes que tuvieron una gran ocasión en el lanzamiento de una falta que salvó el meta local en una excelente intervención a los 72 minutos.

La porfía local, con más corazón que cabeza, permitió a Villa forzar un penalti in extremis que él mismo convirtió para darle una bocanada de oxígeno a su equipo.