El deporte escolar sigue creciendo a pasos agigantados en la comunidad extremeña, no tanto en las cifras de participantes como en la calidad de la educación, condición que debe anteponerse a la competitividad, que eso debe ser objetivo destinado a los más mayores.

Cierto es que los Juegos Deportivos Extremeños (Judex) se han estancado numéricamente e incluso bajado en la estadística, pero ello no debe ser objeto de una preocupación especial para nadie, sobre todo para los políticos, por regla general obsesionados por las cifras.

Lo que importa, insisto, es la buena educación deportiva que se dé a los chavales, y que éstos tengan los mejores medios, algo que se va consiguiendo poco a poco. La red de instalaciones crece por momentos y la prueba está recogida en la excelente Memoria que ha elaborado la Consejería de Cultura y Deportes que, además de ser una herramienta muy práctica, tiene una calidad gráficamente perfecta, propia de una publicación de muy alto nivel.

La gran novedad para el nuevo curso será la puesta en marcha de la denominada ´tarjeta blanca´, que permitirá a jueces y árbitros suspender una competición en el caso de que se atisbe siquiera un ápice de violencia. A uno particularmente le satisface y aplaude esta medida, aunque yo incidiría en que los realmente peligrosos no son los jóvenes, sino algunos educadores-entrenadores y, en muchos casos, los padres. La culpa de todo ello la tiene el afán de victoria mal entendido que algunos pretenden inculcar a sus hijos-alumnos. Con una filosofía basada en que lo primero debe ser ganar, nos equivocamos y se equivocan los que, por encima de todo, la pretenden inculcar. Un niño debe asimilar otros valores bien distintos, aunque sea complicado hacérselo entender en una sociedad en la que la competitividad se suele imponer. Bienvenida seas, ´tarjeta blanca´, y que salgas a relucir mucho.