En agosto de hace ya la friolera de 10 años, este diario publicaba un reportaje sobre una chica de 14 años, portera de la selección extremeña de fútbol sala. El título era ‘La guardameta de Monroy’. Pasado el tiempo, esa niña, de nombre Tatiana Fernández, ha evolucionado a maestra opositora y meta que ha hecho historia en el Femenino Cáceres, club de la Segunda División nacional.

«Soy la más antigua, la única que ha estado desde el principio del club», asegura con orgullo sobre su permanencia en la entidad. «El fútbol y el club me han ayudado en los estudios y en todo», dice Tatiana, que sigue viviendo en Monroy y que tiene su particular «familia» en el club extremeño, actualmente cuarto en su grupo de Segunda.

Tiene a gala ahora acumular tres partidos sin encajar goles. «Me gustaría que durara mucho más», apunta. Por los medios sabe que los del Cacereño, Jiménez y Lopito, encadenan once sin ver batida su portería.

«Seguiré aquí hasta que me dure el carrete», asegura gráficamente la ya experimentada futbolista, con la que solamente conversar unos minutos es suficiente para convencerse de que lo suyo es pasional con el fútbol.

«Me encantaría», proclama cuando se le cuestiona sobre si su verdadero sueño es jugar con el Femenino Cáceres en Primera, como el también extremeño Santa Teresa. «Está claro que es muy complicado porque hay equipos muy potentes, como el Málaga o el Granada. Todos los años se demuestra que es el más fuerte de toda la Segunda». En realidad, a ella lo que más le motiva es el día a día, los entrenamientos (enfila la carretera de Monroy sin pereza, «unos 30 kilómetros», para llegar a Pinilla) y los partidos.

De aquel reportaje en este periódico hasta lo que ha sucedido se pueden deducir muy pocas sorpresas, en realidad. Todo, en el fondo y en la forma, se ciñe al matiz de que es maestra de infantil en vez de educación física, como quería entonces. Tatiana, la ya eterna portera de Monroy.