En Cáceres no hay baloncesto de élite y eso repercute, a la hora de competir, en las categorías inferiores, ya que no tienen referentes". La aseveración pertenece a Benjamín Rodilla, que saca conclusiones al analizar el rendimiento del Monsalud Cáceres en el Circuito sub-20 celebrado en el Multiusos.

La última posición obtenida por el conjunto cacereño en el torneo no es una sorpresa para el técnico, que se defiende: "Los jugadores que hemos tenido enfrente compiten habitualmente en categorías muy superiores a los míos, que en la mayoría de los casos son juniors de primer año". El pívot de 2.20 Ionut Dragusin milita en la ACB y Javi Vacas ha sido internacional español en todas las categorías, son algunos de los ejemplos que pone Rodilla. "La verdadera sorpresa", añade "es que en los dos primeros partidos hayamos podido contener un poco a nuestros rivales".

El técnico explica que el Monsalud Cáceres fue invitado a participar en el Circuito Sub-20 y no quisieron desaprovechar la oportunidad de medirse a jugadores de superior categoría, aún conscientes de que iban a recibir algunos tanteos de escándalo.

Falta, por tanto, que las promesas de Cáceres pueda competir con mayor nivel de exigencia. "Estamos trabajando con la cantera. Hay que tener paciencia o contar con un referente arriba. Yo no pierdo la esperanza de que el baloncesto cacereño y las instituciones lleguen a un acuerdo para volver a tener un equipo en lo más alto", apunta.

Parece que se están dando pasos en este sentido. Rodilla afirma que el ayuntamiento cacereño es consciente de las pretensiones de algunos prohombres del baloncesto local de reflotar la situación y conseguir comprar una plaza en la Liga EBA. Y, apunta, la predisposición del consistorio "es positiva".