Juan Manuel Morán Borrega, Juanma Morán , es de esos jugadores que dan poco ruido, aunque sobre el campo hace una labor infatigable. Humilde, reconoce que el gol que este año le atribuyen las estadística --y el acta arbitral-- ni tan siquiera lo marcó él. Después de dos años y medio en el Arroyo es un veterano en el equipo. Ha vivido el paso de Tercera a Segunda B y la "profesionalización" del club. "El año pasado nosotros nos lavábamos la ropa. Este año ya no", cuenta.

Sin querer confesar preocupación por los últimos resultados del equipo (solo ha sumado un punto de nueve posibles), cree que todo es cuestión de rachas. "Antes la metíamos más. Llegábamos tres veces y una era gol. Ahora llegamos cinco y nada. Es el único motivo, no hay más, porque seguimos creando muchas ocasiones".

Tampoco hay nervios por verse con solo seis puntos por encima del descenso. "Somos un recién ascendido", recuerda. No hay inquietud porque la gran igualdad del Grupo IV hace que ganando dos partidos seguidos "vuelvas a meterte en la pelea".

"Todos los partidos que a nosotros nos quedan son como finales", dice, haciendo énfasis en el compromiso ante el Loja del próximo domingo (Municipal de Arroyo de la Luz, 17.00 horas): "El partido de esta semana es muy importante porque es un rival de abajo al que hay que ganar para aumentar la diferencia".

No se puede hablar de titulares indiscutibles en el Arroyo. Juanma Morán ha rotado en el medio centro con Lolo, Nauzet y Abel Buades, al que una lesión obligará a estar al menos un mes fuera de los terrenos de juego. "Hay muchas variantes: lesiones, sanciones... La clave es estar siempre disponible, a tope. Marrero nos tiene muy enchufados. Como entrenador intenta exprimirnos al máximo y eso es lo importante".

Juanma Morán, nacido en Cáceres en 1983, es un de los muchos trotamundos del fútbol humilde. Su currículum incluye multitud de equipos (Betis juvenil, San Fernando, Málaga B, Fuenlabrada, Guadalajara, Talavera, Granada 74, Extremadura UD), aunque él reconoce tener la "espinita" de no haber jugado una temporada completa con el equipo de su ciudad, el Cacereño, con quien llegó a debutar en un partido de Segunda B junto al malogrado Fali. "Siempre que he vuelto al Príncipe Felipe ha sido como visitante", dice con nostalgia.