La última carrera es una batalla piscológica, una guerra de nervios más allá de los neumáticos, los motores, los reglajes o las estrategias. Es el gran examen que ha enterrado a pilotos muy rápidos pero aún inmaduros y ha encumbrado a viejos zorros.

Y a este final del GP de Brasil llega Kimi Raikkonen con la tranquilidad de quien no tiene casi nada que perder, a esta cita acude Fernando Alonso sabiendo que tiene cartas para jugar por su tercera corona, y a esta batalla final se presenta Lewis Hamilton bajo más presión que ninguno. Y ya no lo puede ocultar. Ayer, a su llegada a Sao Paulo, huyó de las cámaras, se tapó la cara, el primer gesto huraño de quien ha dominado como nadie la escena en el paddock.

"No creo que le estén saboteando, pero a él le viene bien caldear el ambiente para presionar a Hamilton", explica Nelson Piquet, el tricampeón brasileño experto en sacar ventaja de finales a tres. "Yo solía hacer lo mismo. Llegué a decir que la esposa de Nigel Mansell (su compañero en Williams y rival al título en la última carrera de 1986) era fea para descentrarle", recuerda el brasileño. A Hamilton le venía bien hasta ahora ser el debutante, pero ahora vive otra situación", añade Piquet.

PROST NO LO VE CLARO Alain Prost, otro de los pilotos que ha vivido finales a tres, que padeció un duelo intestino en McLaren con Ayrton Senna, cree que Ron Dennis se "ha equivocado. Hubiera sido mejor que diera trato den número 1 Alonso y el español ganara este año, mientras Hamilton adquiría experiencia para ser campeón en el 2008. Ahora está en peligro todo", advierte sobre las posibilidades de que Ferrari se haga con el título.

A las cábalas matemáticas se unen más factores para decidir este fin de semana el campeón de F-1. El riesgo de lluvia está presente para todo el fin de semana e todos los pronósticos, el circuito, para sorpresa de los equipos, ha sido reasfaltado en su totalidad y ahora muchos creen que la elección de Bridgestone de suministrar neumáticos blandos y superblandos puede ser un problema porque el compuesto más suave puede deshacerse en la nueva y abrasiva capa asfáltica. Aunque eso sí, "será igual para todos", confiesa Kimi Raikkonen, el menos presionado de los tres candidatos.

"McLaren tiene dos opciones, pero puede que su lucha interna me beneficie", asegura. "Mi estrategia es clara: ganar sin importarme lo que pase".

MAS POTENCIA Y por ahí encuentra el finlandés más opciones que las que le confieren la matemáticas, a siete puntos de Hamilton y tres de Alonso. El inglés, aunque no lo reconozca, es pasto de la presión por mucho que desde la prensa inglesa y alemana se siga azotando a Alonso con opiniones de unos y otros. Ni siquiera consuela a Hamilton la ventaja de contar --igual que Raikkonen-- con un motor nuevo preparado para rodar 500 kilómetros para un solo gran premio. Alonso, en cambio, deberá usar el mismo de China, ya usado y reglado para aguantar mil kilómetros. La diferencia oscila entre 10 y los 20 caballos.