La tensión, el sufrimiento y la agonía, prolongada hasta los últimos segundos, vistieron el triunfo de los Lakers sobre los Celtics ayer en el séptimo partido de la final. Fue un ejercicio agotador, extenuante físicamente, pero valió la pena. Los Lakers se llevaron, finalmente, el título. El segundo consecutivo y el 16º de su historia, a uno de Boston. Pau Gasol fue uno de los héroes al aportar 19 puntos y 18 rebotes a su segundo anillo de campeón, con el que se ha ganado un lugar en la historia de la NBA. Kobe Bryant, MVP de la final, acabó con 23 puntos y 15 rebotes. Ahora lucirá su quinto anillo, los mismos Magic Johnson y uno menos que su referente, Michael Jordan. Y Phil Jackson podrá presumir, con 11 títulos, de ser el técnico más laureado de la historia. Dos tiros libres del escolta esloveno Sasha Vujacic, a 11 segundos para el final, sus dos únicos puntos en todo el encuentro, sentenciaron un encuentro que contagió la tensión y la incertidumbre a las 20.000 personas.