No son siquiera las 13.00 horas y entrar en el Príncipe Felipe transmite sensaciones inequívocamente extrañas. Está raro todo, pero está verde, que es lo que interesa a los que por allí merodean. Aún no brota la hierba natural con la que se sueña, pero todo va en buen camino. Salvo sorpresas, en 12 días, ante el Cartagena, se hará efectiva la vuelta al estadio del que, asumen en el club, "nunca nos debimos ir".

"Sí, sí. Esto es la hierba, que ya está saliendo ¿verdad? Si yo de esto entiendo un montón", dice en tono jocoso Angel Marcos, el entrenador del Cacereño. Por allí se encuentran el masajista, el popular Gil, que hace de casi todo en el club, y también los directivos Narciso Blanco, Siso , Jaime Gutiérrez, Turu y Jorge Pérez, otro que se está convirtiendo en un clásico.

Todos ellos han estado durante la mañana haciendo gestiones, y no solamente con la firma Tapiz Verde, encargada de la resiembra del Príncipe Felipe, sino de contactar con empresas que se unan a la causa. Y han ido más allá: alguien se encargará de pintar gran parte de las instalaciones, alguien conseguirá que una grúa vaya al estadio a retirar la publicidad sobrante, alguien ...

El sacrificio se está haciendo. "Claro que tenemos ganas", dice Marcos. "El campo ahora, más que el colorido y cómo vaya a quedar, lo bonito es volver a este sitio que conozco hace más de 30 años", dice el de Serradilla, exjugador del club verde y entrenador en distintas etapas. "Los técnicos dicen que va a estar listo", responde cuando se le cuestiona sobre si habrá tiempo de ver el campo definitivamente resembrado. "Toda la gente tiene ganas. Yo soy una parte más", añade. "Ahora hay que tener tranquilidad". El viernes, como muy tarde, se le tiene que dar el ok ante la federación.

¿Responderá el equipo? "En un buen terreno de juego sabremos jugar. Lo hemos demostrado. Estamos a un pasito de un paquete de equipos que económicamente están delante, pero deportivamente creo que podemos estar ahí, con ellos". Marcos vuelve a mirar el césped. Hay algunas hojas que sobresalen a modo de lechugas. No hay problema: la máquina ya las cortará. Brotes verdes en el Príncipe Felipe.