«Me duele mucho esta tarjeta. Me hubiera encantado estar y disputar este partido». Muy a su pesar, Carlos Alberto Carrasco, conocido futbolísticamente como Teto (El Batán, 21 de marzo de 1994), no jugará hoy en encuentro muy especial contra sus amigos José Antonio, Vecino o Sergio Contreras, en el Diocesano-Coria (12.00 horas, Manuel Sánchez Delgado).

Seis años después de hacer historia en el debut en División de Honor juvenil con el conjunto colegial, al que lideró hasta lograr el sorprendente cuarto puesto de la tabla también junto a futbolistas como Burgui o Isma Cerro, iba a ser la primera vez que disputara un encuentro oficial ante aquel club en el que tanto espectáculo dio. Tendrá que esperar a la vuelta, en La Isla, tras ser amonestado, aunque no será igual, ya que en el césped artificial del recinto cacereño él dio verdaderas exhibiciones futbolísticas.

Y es que Teto cumplirá ciclo por segunda vez en lo que va de temporada tras ver su ¡10 amarillas! en esta liga en el encuentro del pasado fin de semana ante el Santa Amalia. El ‘Messi del Batán’, como fue denominado en su día, es así de diferente. Su carácter está reñido (¿o no?) con su inmenso talento. «Siete tarjetas han sido por protestar». asume el delantero. También lleva siete tantos en lo que va de competición. Pues eso lo explica casi todo de un futbolista distinto, dotado de una zurda que recuerda al del genio argentino.

Un error que él mismo siempre ha asumido le apartó en su día del Valladolid, club por el que firmó tras un año espectacular en el que sobresalieron Burgui e Isma Cerro. «Fue culpa mía», apunta, pero aquello quedó para aprender. Ahora es feliz en el Coria, donde marca diferencias. «Ya es difícil. Aquello fue un borrón». Aspirar a más se puede entender, y aún es joven. Él sabe que está complicado.

Teto, que por la mañana estudia para una oposición de agente medioambiental, profesión de su padre, espera dar mucho aún como deportista. Sabe que su calidad marca diferencias en una categoría en el que en sus inicios, apunta, «no me gustaba, pero ya sí». Por supuesto, espera que su equipo gane . ¿Pueden ser campeones? «Yo creo que sí», asegura este talentoso zurdo que jamás dejará indiferente a nadie. Hoy se le puede ver en Pinilla, pero no precisamente en el campo de juego, su hábitat. josé maría ortiz